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lunes, enero 16, 2012

Directivos psicópatas: Un problema ignorado. Una propuesta de solución.




Al hilo de las declaraciones del artículo del diario británico Independent (muy, muy recomendable), me gustaría retomar brevemente el tema de los psicópatas y los puestos de responsabilidad y decisión (AKA: directivos).

Que los psicópatas orgánicos (nacidos así) y funcionales (que se comportan como tal, que aprenden a serlo) están ahí es un hecho indiscutible, y con el tema de la crisis su presencia y acciones están quedando al descubierto en los casos más sangrantes. Es más, al parecer son sus acciones las que nos han traído hasta aquí, hasta los 5 millones de parados, los recortes y la bancarrota de cajas y comunidades autónomas.

No merece la pena entrar a enumerar los gravísimos problema que causa (no es una posibilidad sino un hecho muy real) tener a uno o varios psicópatas en un organigrama empresarial o social. Sin mirar la historia o los periódicos podemos imaginar una degradación de las relaciones, un maltrato del cliente, o incluso el amañado de cuentas y desfalcos con resultados catastróficos. Pero no pensemos que esto son ideas difusas, los psicópatas funcionales y orgánicos están ahí, están haciendo mucho daño y no deben ser tolerados.

Por eso, por tratar de controlarlos y mejorar nuestras empresas, sociedades y el mundo en general, me gustaría que el lector reflexionase sobre la necesidad de establecer controles de acceso a los puestos de responsabilidad para evitar que los psicópatas acaben en ellos.

Identificarlos es el primer paso tanto para curar a los psicópatas funcionales, como para vigilar estrechamente o marcar a los orgánicos que necesiten ser degradados, despedidos o medicados, dependiendo del caso. Y la identificación permitiría dos medidas clave: relevar a los existentes de sus puestos y evitar que nuevos psicópatas accedan a cualquier puesto de responsabilidad.

Las medidas a tomar serían mucho más baratas que la alternativa, y probablemente no son nada complejas de implementar tanto a nivel público como privado (tests, biométrica, EEG, anális de oxitocina...). Las entrevistas, las oposiciones y los mecanismos de promoción interna podrían implementar test para identificar a personas sin empatía ni conciencia y eso seguramente nos llevaría a conseguir empresas y sociedades sin Lehman Brothers, Emilios Botín, Esperanzas Aguirre* o Leires Pajín*. Es decir, que con un par de medidas sencillas (identificar y apartar) tendríamos una sociedad más justa, productiva y limpia. Y la tendríamos de golpe, sin tener que esperar décadas.

Además a día de hoy, con las notannuevas tecnologías, podríamos tener datos estadísticos de toda una vida para poder identificar de manera más fina a los futuros psicópatas o a las organizaciones que hacen psicópatas. Imaginemos que analizando datos históricos de los últimos 5 años, vemos que grupos de personas que son "normales" empiezan a hacerlo mal en sus test de empatía cuando empiezan a trabajar en una empresa en particular. Eso indicaría que la empresa debería ser inspeccionada, sancionada o marcada de alguna manera para que la gente pudiera evitarla. Y nos ahorraría unos cuantos psicópatas funcionales más en el mundo. Ah y como efecto colateral de reducir el impacto de los psicópatas quizá podríamos reducir crímenes de género, suicidios, depresiones y acosos laborales.

Por supuesto todo esto es ciencia ficción sin una legislación que le de forma y algunos organismos estatales de apoyo (Sanidad, Trabajo, Hacienda). Y dado que los legisladores (partídos políticos mayoritarios) parecen tener completamente comprometidas sus jerarquías con corruptos y psicópatas, mucho me temo que solo nos queda rezar para que alguna empresa privada no contaminada consiga una posición tipo Google/Microsoft que le permita instaurar estas medidas al margen de todo (como prueba de que funciona) y montar un lobby de presión al respecto.


*Nota: Si crees que Aguirre o Pajín no tienen signos de psicopatía o no deberían ser puestas a prueba, considera seriamente la posibilidad de estar bajo los efectos de un lavado de cerebro.

Imagen del post obtenida de la Wikimedia.

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