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martes, diciembre 27, 2011

La cultura del ascenso





Vivimos mayoritariamente en una sociedad laboral basada en una falacia. La falacia del ascenso.


La cultura que impera señala como símbolo de éxito el cambiar regularmente de trabajo (como tarea o profesión, no como sinónimo de empleador) para realizar cualquier cosa alejada del núcleo original, del trabajo real, del trabajo productivo. A estos cambios sucesivos se los llama ascensos y son una de las lacras que convierte a excelentes profesionales en malos gestores y a brillantes gestores en pésimos líderes.


El principio de Peter en acción nos dice que cualquier persona asciende hasta su nivel de incompetencia, y aun así consideramos los ascensos como algo positivo.


Suponemos, equivocadamente, que es positivo pasar de hacer [ponga aquí un trabajo] a coordinar el hacerlo, luego ponerse a supervisar a los trabajadores y al coordinador, más adelante a planificar las líneas de trabajo y finalmente ponerse a plantear nuevas estrategias para todo un grupo de planificadores, supervisores, coordinadores y curritos. Siempre tratando de ir más y más arriba en una jerarquía lo más grande posible.


Imagino que esta evolución de la carrera profesional tiene que ver con el hecho de que cada paso pone a disposición de las decisiones del trabajador a un número cada vez mayor de personas (en una dañina jerarquía vertical), y ver eso como algo deseable y bueno podría estar relacionado con algún pedazo de nuestro cerebro de mamífero, ese que considera que ser líder de manada o macho alfa es una garantía para procrear con las hembras bajo nuestro mando. Pero eso es harina de otro costal. Sigamos.


Se presupone que un supervisor tiene más conocimiento y sabiduría que los supervisados... Y en muchos casos es así, pero si solo eres supervisor es muy probable que al cabo de un par de años sepas mucho menos que cualquiera de tus subordinados (bienvenido al siglo XXI, donde todo cambia cada 6 meses). Y por descontado un supervisor que tenga conocimiento y sabiduría para hacer bien su trabajo será un excelente trabajador que perderemos, quizá no totalmente, pero sí en su mayor parte, ya que en el mejor de los casos, si le mantenemos en su trabajo normal pero añadiendo el rol de supervisor, tendremos un trabajador con una carga administrativa adicional que le impedirá alcanzar su nivel habitual. Es un Win-Lose: ganas un supervisor malo, y pierdes un trabajador bueno. Y lo mismo para el resto de ascensos. ¿Quizá lo único bueno que se puede hacer es ascender a los peores trabajadores y demás? ¿Se pararía así la sangría de productividad? ¿Es la patada hacia arriba la mejor estrategia?


Creo que lo único que tiene sentido es cambiar la cultura del ascenso a una de recompensas (horarios, sueldo, herramientas...). Una cultura de empresa que premie a los trabajadores con una diversidad de conceptos: desde el dinero al tiempo, pasando por el derecho a usar herramientas especiales (coches, teléfonos, tablets, ordenadores...), participaciones en la empresa o la capacidad de decidir en qué proyecto entran o no. Una cultura social donde no importe a cuanta gente tengas "debajo" ni el puesto que tengas en la empresa, sino lo feliz que te sientas en tu trabajo. Una cultura corporativa donde una recompensa no lleve aparejado necesariamente un cambio de rol sino una mejora de vida y un aumento de productividad.


Como decía al principio, la cultura del ascenso es una falacia, y una de las que hacen daño. Obliga a someterse al principio de Peter, con gente focalizada en obtener poder sobre los demás, cargos y títulos, aun a costa de descuidar el trabajo "real". Lleva a establecer jerarquías verticales y luchas de poder como la que se comenta en la Ley de Parkinson. Y en lugar de conducir a una institución a desempeñar un trabajo con un alto grado de precisión y fiabilidad, convierte a las organizaciones en burocracias llenas de trepas.


Sí, soy un idealista, y la realidad del mundo empresarial hace que tenga serias dudas sobre si este tipo de medidas funcionarían en la realidad, pero creo que merece la pena intentar apoyar y formar parte de una cultura social y empresarial de estas características.


Debemos cambiar para mejorar. Pero no tanto de puesto como de cultura.


Para terminar, un par de apuntes menos cáusticos sobre la cultura del ascenso. La cultura del ascenso puede que tuviese sentido hace un siglo, cuando una persona podía pasar por varias áreas de una empresa y entender cada una, alcanzando un nivel aceptable de comprensión y maestría que le llevase a convertirse en un líder o supervisor realmente útil, pero ese tiempo pasó, y en el presente todo está tan interconectado y especializado que el pasar por una serie de áreas solo da una visión parcial del todo y a menudo superficial. Quizá la cultura del ascenso no tenga que desaparecer del todo para mejorar las cosas, quizá se pueda reciclar parcialmente para que aquellos que quieren especializarse o cambiar de rol a algo que les llene más según maduran y crecen como personas y profesionales, pero en su forma actual, esta cultura es mala como la hipertensión o las grasas hidrogenadas. 


PS: Aprovecho para recomendar el libro Rework de Jason Fried, relacionado con este tipo de pensamientos, que empecé a leer después de escribir este post, y cuyas ideas y principios comparto en un 99%, no tanto por idealismo, sino por haber visto con mis propios ojos que lo que dice no solo es cierto, sino que funciona.

*La foto está extraída de Wikimedia.

domingo, diciembre 18, 2011

Toma de decisiones y desarrollo de software

Probablemente una de las cosas que más agota mentalmente a una persona sea tomar decisiones: recabar datos, modelar escenarios, simular, probar, imaginar, buscar, resposabilizarse, convencer... En informática esto se traduce en un agotamiento mental, que se nota al terminar una jornada, cuando has tenido que decidir cosas como:
Qué framework, tecnología y lenguaje usar, como distribuir lógicamente el código, como organizar el trabajo en equipo, como llamar a las páginas/clases/tablas/campos/variables/funciones, como almacenar los datos, como escribir cada estructura de decisión (if/while/switch/for y cual de todas usar), como organizar el interfaz, que colores poner, cual será el flujo del programa a nivel de usuario/interno, que tipo de seguridad se implementa, que pruebas realizar, como se tratan los errores, qué es un error y que no, qué navegador usar, qué tipos de datos toca en cada momento, qué partes optimizar, qué nivel de abtracción es suficiente, cuando se hacen según qué tareas (y cuales son estas), qué tiempo llevará cada hito de proyecto, qué recursos deberían usarse, qué versiones de los estándares se implementan (CSS/HTML/SQL/VB/JS...) y a qué nivel (por compatibilidad)... en fin, los afectados sabrán de que hablo. No olvidemos que cada decisión de este tipo, debe casar perfectamente con las anteriores, todo es vinculante en el código.

El desarrollo de software es, por su propia naturaleza, una tarea altamente creativa, no porque sea más cool que otras disciplinas, sino porque poco o nada puede llevarse a cabo de manera automática o mecánica (a nivel mental), dado que la principal característica de la informática es... automatizar procesos repetitivos. Y esta característica precisamente hace que cuando alguien se ha enfrentado a un problema y lo haya resuelto, puede aplicarse la solución de nuevo o adaptarla a nuevos casos (abstrayendo y reutilizando siempre que se conozca la solución, o te tocará resolver el problema de nuevo). Al final esta característica provoca que no se pueda hacer siempre lo mismo como desarrollador. Es irónico. Nunca se pueden resolver problemas típicos, porque estos ya se han resuelto. Los problemas a resolver son siempre nuevos.

Probablemente todo esto que cuento, es una de las ventajas en informática y una de las quejas comunes. Ventaja porque solo es necesario resolver los problemas una vez, y eso permite avanzar a toda máquina en cuestión de meses o años (al menos globalmente, con nuevas aplicaciones, plataformas y servicios). Queja porque siempre hay que estar aprendiendo, pensando y probando, nunca puedes “apalancarte” y muchos acaban quemados o abandonando lo que parece una carrera de ratas. Al final los que quedan, son probablemente los que más y mejores soluciones conocen (por mera experiencia) y eso debería hacerlos valiosos por encima de modas. Pero eso es otra historia.

jueves, noviembre 10, 2011

Libro: La paradoja del tiempo


Título: La paradoja del tiempo
Autor: Philip Zimbardo y John Boyd
Editorial: Paidós Ibérica



Philip Zimbardo es uno de mis psicólogos favoritos, pero además es un buen hombre y sobre todo un hombre práctico. Y esta obra, en la que toma parte, demuestra hasta que punto está comprometido con mejorar el mundo y la vida de la gente de una manera práctica.

"La paradoja del tiempo" contiene trabajo de varias décadas y de varios autores, lo que en principio debería convertir el libro en un sesudo peñazo de tropecientas páginas, pero no es el caso. Y por otra parte los autores no se limitan a hablar de teorías y datos sino que tratan de que el lector ponga en práctica ciertas prácticas para su propio beneficio, como si se tratase de un libro de autoayuda.

Así que nos encontramos ante un raro ejemplar de libro de autoayuda que ha requerido del trabajo de un equipo de psicólogos durante décadas, y que hablan de la perspectiva temporal y su influencia en las personas y las sociedades. Quizá por eso creo que puedo decir que este libro ha cambiado mi vida... o al menos la manera en que veo la vida. Y desde luego me ha dado un buen montón de cosas en que pensar sobre como funciona el mundo, muchas de ellas tremendamente útiles en un entorno laboral, social y político como el actual. Quizá la mejor banda sonora para acompañar este libro fuese el Radical Notion de Hans Zimmer, escrita para la película Inception.

Para quien quiera saber algo más sobre el libro, al margen de las citas que pongo más adelante, creo que podríamos decir que "La paradoja del tiempo" propone la existencia de un elemento hasta ahora ignorado y muy determinante en la manera en que las personas se comportan, sienten y piensan. Ese elemento es la perspectiva temporal (presente, pasada y futura, en sus vertientes digamos positivas y negativas) que hace que la gente se enfoque en determinados temas más que en otros, comprenda o no cosas como las consecuencias de sus propios actos y dificulta la comunicación entre personas. Pero no se queda ahí, sino que menciona las consecuencias concretas y reales de determinadas perspectivas en ámbitos sociales como por ejemplo en las políticas penitenciarias o las campañas de prevención de embarazo o las campañas de salud. En todo momento resulta convincente y sin realizar aspavientos ni trucos narrativos de ninguna clase.

Por lo tanto, si quieres aprender a ser más feliz, ver el mundo con otros ojos y quizá hacer algo mejor la vida de los demás, deberías leer este libro. Además es la primera vez que un libro de psicología y autoayuda, me recomienda beber para se feliz, y eso merece que considere a esta peculiar obra como absolutamente brillante.

A continuación, y antes de las citas interesantes, un vídeo resumen de la gente de RSA, explicando muy burdamente el libro en base a una charla del propio Zimbardo en TED. Ah por cierto, hay un test online del libro que nos indica nuestra orientación temporal.



Y al fin, las citas que me han parecido interesantes:

[Tras la revolución industrial pasamos] de una economía basada en acontecimientos y en productos a una economía basada en el tiempo, en la que cobramos por unidad vendida, si el trabajo es por hora, o una cantidad global si somos asalariados.
-o-
El psicólogo austríaco Alfred Adler creía que el primer recuerdo de una persona era una ventana al resto de su vida. [...] Usaba esos recuerdos para endender su presente. Adler solo estaba levemente interesado en la veracidad de esos recuerdos porque, en general, no podía confirmarlos o rechazarlos a falta de pruebas independientes. Para Adler, lo que la persona creía que era verdad era más importante que la verdad objetiva en sí.
-o-
[Zimbardo] Pocos chicos de mi barrio iban a la universidad; en cuanto acababan la secundaria, la mayoría de ellos se ponían a trabajar a cambio de un sueldo bajo. Puesto que esos trabajos eran muy aburridos, los fines de semana eran para salir de juerga, actuar de manera temeraria y vivir como si el lunes nunca fuera a llegar.
-o-
Fluir es formar parte del proceso de lo que estamos haceindo. Cuando nos dejamos llevar por el fluir no nos concentramos en el producto del proceso que seguimos. Cuando nos preocupamos por el producto, pensamos en cómo será juzgado y evaluado, si será aceptado o rechazado. Entra en juego nuestro ego. Y estas preocupaciones pueden afectar y perturbar el proceso de crear nuevas ideas, nuevas visiones y nuevos productos.
-o-
[Sobre un experimento] Estas conclusiones indican que la creatividad aumenta cuando se anima a las personas a centrarse en el proceso creativo, sobre todo si son personas orientadas al presente, mientras que los resultados con mejor técnica los obtienen las personas orientadas al futuro y que saben que sus productos van a ser evaluados.
-o-
[...] Las condiciones del entorno contribuyen a transformar a los bebés orientados al presente en adultos orientados al futuro [...] Vivir en una zona templada. Vivir en una familia, una sociedad y un país estables. Ser protestante (o judío). Seguir estudios. Ser un adulto joven o de mediana edad. Tener empleo. Usar tecnolgía con frecuencia. Tener éxito. Tener modelos orientados al futuro. Recuperarse de una enfermedad en la infancia.
-o-
Las personas orientadas al futuro no buscan la novedad y, en general, no son depresívas. También mienten pocom a diferencia de las personas con las perspectivas temporales hedonista, fatalista y pasada negativa, que son significantemente más dadas a mentir. Y es que una persona no tiene por qué mentir si es fiel a sus promesas.
-o-
Nosotros [los autores] creemos que el bien común no es una cuestión moral, sino una cuestión relacionada con la perspectiva temporal. Adoptar una orientación muy centrada en el presente para obtener unos beneficios inmediatos no es egoísmo; es simplemente la forma de pensar de todas las personas orientadas al presente. Los trabajadores orientados al futuro también desean ganar tanto como como puedan, pero su perspectiva temporal los lleva a valorar más los beneficios a largo plazo porque pueden preveer que, en el futuro, los intentos de maximizar los beneficios a corto plazo tendrán conscuencias negativas.
-o-
David Eagleman, un investigador de Huston, diseñó un ingenioso test [...] en el que pedía a los sujetos que leyeran unos números digitales que aparecían con mucha rapidez en una pantalla. Descubrió que cuando los sujetos estaban relajados, la mayoría de ellos no podían leer los números porque aparecían con demasiada rapidez. En cambio, los sujetos que se hallaban en caída libre durante un salto de puenting sí podían leer los números. El puenting [...] centraba en el presente todos los recursos mentales. El aumento resultante del poder mental permitía la lectura de unos números que antes eran indistinguibles.
El miedo y la excitación aumentan la conciencia presente [...]
-o-
[Una tabla nos enumera elementos clave en la felicidad según nuestra orientación temporal]
[Pasada] Expresar gratitud. Evitar pensar demasiado y cavilar. Aprender a perdonad.
[Presente] Actuar con generosidad. Cultivar las relaciones. Aumentar las experiencias de flujo. Saborear las alegrías de la vida. Cuidar la mente (meditación).
[Futura] Cultivar el optimismo. Desarrollar estragegias de afrontamiento. Fijar y perseguir metas en la vida. Cuidar el cuerpo (ejercicio).
[Futura trascendental] Practicar religión o cultivar espiritualidad.
-o-
Puede que mejorar la atención parezca sencillo, pero como bien sabe nuestro aprendiz, puede ser muy difícil. Los monjes no tardan años en dominar la atención porque sean lentos. Tardan años porque es muy difícil conseguirlo. Pero ¿tan difícil es? Bien, una técnica sencilla relacionada con la atención es tocar el marco de una puerta cada vez que pasemos por ella. Cuando lo hagamos, concentrémonos en ese momento presente, en sus imágenes, sonidos y olores, y en la puerta de experiencia que se acaba de abrir antes nosotros. Este hábito nos puede ayudar a mantenernos plenamente en el presente y a que nos abramos a experimentar la felicidad más plenamente.
-o-
Adoptar una perspectiva a corto plazo no sirve a los intereses a largo plazo de la buena salud empresarial o del bienestar económico del país. Un capitalismo con verdadero éxito se dedicaría a crear negocios rentables que sirvieran a las necesidades de la sociedad y de sus miembros durante generaciones, no durante trimestres. El capitalismo basado en la codicia es interesado y trata a los demás y al medio ambiente como si fueran prescindibles. Se convierte en una especie de maldad administrativa donde las previsiones de beneficios son fines que justifican los medios inmorales por los que se logran; es un método basado en el "todo vale", siempre que los asesores legales de la empresa lo puedan racionalizar.
-o-
[Hablando del sistema educativo, y mencionando a Horace Mann y el sistema educativo prusiano que luego aplicó Everett en los EEUU] Cuando entran en la escuela, la mayoría de los niños pasan de vivir con un régimen libre, que les permite jugar y pensar como quieran, a tener un enseñante, un horario de clases y trabajo. Los horarios y el tiempo empiezan a regir su vida. Aprenden que retrasarse está mal, que solo tienen algún rato para divertirse, que el recreo sólo dura 20 minutos y que por muy deprisa o muy despacio que trabajen, no pueden evitar los días, las semanas, los meses y los años de escolarización. Se trata de pura y simple reglamentación y la escuela los prepara para que se pasen la vida en una fábrica. Hasta qué punto los prepara bien para loa vida fuera de las fábricas u, hoy, para una sociedad prácticamente sin fábricas, ya es otra historia.
La principal función de nuestro sistema educativo es domesticar a los niños y a su perspectiva temporal presente hedonista, y transformarlos en adultos orientados al futuro dispuestos a ocupar su lugar en la línea de producción de la fábrica.

martes, octubre 25, 2011

Proactividad



Desde que comencé mi vida laboral, no he dejado de oir, año tras año, empresa tras empresa, la palabra proactividad. Y siempre he sabido que el uso que se le da, es invariablemente erróneo. Normalmente se debe a pura ignorancia, pero a esta a menudo se le añade puro interés y cierta dosis de maldad que nunca deja de asquearme. Porque el concepto de proactividad lo acuñó Viktor Frankl como forma de sobrevivir a un entorno opresivo y malsano, como forma de mantener la vida y la cordura en un campo de concentración nazi.

Así que cada vez que, en un entorno laboral, oigo a alguien decir "hay que ser más proactivo" lo primero que pienso es que posiblemente se encuentra en un entorno psicológicamente malsano, y lo segundo que pienso es que la persona que me lo dice probablemente es una vendemotos con interés en que los empleados trabajen como esclavos.

Puede que esto parezca demasiado duro, pero se basa en mi experiencia y en saber de donde viene realmente el concepto de proactividad. Por supuesto no son leyes inmutables, y puede darse que la próxima persona sepa de donde viene el término, o que lo diga en un entorno donde el trabajo se planifica, se reparte adecuadamente, la gente (en particular los jefes) se responsabilizan e involucran en el día a día y no hay malos rollos. Pero creo que aun falta bastante para que vea ese día.

Para terminar, recomiendo el blog de Estratega, que tiene una entrada bastante buena al respecto de la proactividad, del que me permito copiar algunos extractos para los que no vayan a seguir el enlace:


la idea de proactividad acabó convirtiéndose en cliché y sirviendo varias posturas que no tienen nada que ver con ella, por ejemplo:
  • Practicar la hiperactividad, la impulsividad y asumir el riesgo sin reflexión, olvidando que la proactividad real parte siempre de principios y convicciones propias.
  • Trabajar intensamente
  •  hasta perder las suela de los zapatos o las huellas dactilares, si no quieres que te acusen de no ser “proactivo”.
  • Descalificar cualquier crítica
  • , por bien fundada que esté, al suponer que surge de la inercia y la defensa del status quo, es decir, de la “falta de proactividad”.
  • Identificar la proactividad con “agresividad”, palabra que sorprendentemente es asumida como un valor positivo en muchas organizaciones. Error, pues la agresividad es la manifestación de un entorno de “suma negativa”, en el que alguien pierde a costa de otro. Eso no es sostenible, pues una organización se fundamenta precisamente en lo contrario, en que unidos se es más.

-o-
[Un comentario al blog dice:] Lo más curioso de todo es que la proactividad surge como una resistencia frente a la opresión en condiciones muy duras. No puedo imaginar que nadie pueda comparar su situación con la de un preso del holocausto, pero cuando nos enfrentamos a las dificultades quizás tengamos que dar un paso más. Me explico, era evidente para los perseguidos que lo que los nazis hacían estaba mal, pero nuestra primera labor para ser proactivos es saber que diantres va mal con nuestra empresa, tarea o administración, para luego poder actuar desde valores que sabemos ciertos.Dicho de otro modo, fue proactivo quien, en los tiempos de la burbuja inmobiliaria decidió apostar por la economía de verdad, esa del trabajo, la innovación, el esfuerzo y la honradez, no los que se dedicaron como musarañas inquietas a rebañar las últimas cucharadas del bowl.

PD: La vaca de la imagen es de Ventas con Peña Aguilera.


domingo, octubre 23, 2011

Libro: Numerati



Título: Numerati
Autor: Stephen L. Baker
Editorial: Seix Barral



Lo reconozco, este libro tenía pinta de ser del rollete "teoría de la conspiración" y lo cogí con idea de reirme un rato (¿a quién no le gusta una buena conspiración?). Y aunque durante las primeras páginas puedes tener la sensación de que es alarmista y exagerado, y aunque la pésima traducción ayuda a mantener una imagen de "exagero y no tengo claro de qué hablo", al cabo de un par de capítulos se revela como lo que es: un buen trabajo periodístico (no la basura de los periódicos) que revisa el estado actual de las tecnologías de análisis de datos, su volumen, sus usos y peligros.

Es una buena introducción al por qué hay gente horrorizada con los actuales problemas de privacidad, problemas que la mayoría de la gente desconoce o minimiza, y una lectura interesante para los interesados en las nuevas tecnologías, ya que da una perspectiva de dónde estamos y cómo hemos llegado hasta aquí, pasando por Adsense, Google, banca, vacas, salud, terrorismo, plataformas de blogs o los típicos análisis de perfiles de compradores y votantes. Por supuesto, en su línea de artículo periodístico, nos ofrece el lado positivo de la tecnología, partícularmente en ámbitos médicos, pero más como un "podría ser" que otra cosa, lo que deja un sabor de boca no demasiado agradable cuando se comprueba que de momento los "contras" parecen más reales y presentes que los pros.

Yo diría que el propio autor no ha podido encontrar usos lo suficientemente positivos como para equilibrar el uso actual, no demasiado *cívico*, por lo que acaba tratando de convencer al lector de lo útil que *será* el análisis de datos futuro, cuando lo puedan usar las personas para su beneficio y no solo las grandes corporaciones y gobiernos.

Así que para acabar, antes de meter algún extracto, yo diría que es un buen artículo periodístico, ligero, largo, y que puede resultar interesante para los interesados en el software y la tecnología en general. Pero sin llegar a ser un "must read".

Algunos párrafos del libro:
[Sobre Adsense de Google] Resultó que unos robots se llevaban la mayor parte del dinero. Estos programas generaban cientos de miles de blogs, muchos de ellos mediante el respectivo servicio gratuito de Google, y los adecuaban para atraer anuncios de esta firma. Dichos spam blogs circulaban junto con los blogs humanos e impedían a millones de ellos cosechar valiosos clics.
-o-
Las industrias ideales para los Numerati son aquellas en las que pueden equivocarse con frecuencia y aun así obtener buenos resultados generales. No es el caso de la guerra contra el terrorismo.
-o-
[Para no dejar huella en internet] El modo más simple de hacerlo es realizar las actividades importantes fuera de la red [...] No obstante, los terroristas también pueden manipular los datos que se recogen de ellos, distorsionando así lo que los especialistas llaman el "circuito de retroalimentación" [actuando de una manera diferente a la esperada o creando ruido]. Jerry Friedman, profesor de estadística en Standford, compara el efecto de esta táctica con las alarmas de coche que suenan constantemente y provocan que la gente las ignore.
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"Vamos a necesitar a personas inteligentes en la política", dice [Jeff Jonas, creador de ANNA, un anonimizador propiedad de IBM]. Sin una supervisión estrícta, nos exponemos a obtener lo peor de ambos mundos: una sociedad vigilada que aun así no nos ofrezca seguridad.
-o-
[De una de las entrevistas] me explica que una vez él también soñó con modelar el mundo, pero que después llegó a la conclusión de que las matemáticas, a pesar de ser tan eficaces, estaban equivocadas. -¿Por qué?- pregunto. -¿Alguna vez has oído que, si entra basura, sale basura?
Su argumento es que los matemáticos modelan malentendidos del mundo, a menudo usando los datos que tienen en sus manos en vez de ir en pos de lso hechos no visibles. Me relata la historia de un borracho que una noche oscura busca sus llaves bajo un farol, no necesariamente porque se le han caído ahí, sino porque es el único lugar con luz.


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Aviso a navegantes: Por comodidad, a partir de ahora publicaré mis posts con mi cuenta de gmail "normal", como Jose Angel.

sábado, octubre 01, 2011

Libro: Innovación y Tradición. Historia de la tecnología moderna





Libro: Innovación y Tradición. Historia de la tecnología moderna.
Autor: David Edgerton.
Editorial: Crítica.

No soy muy fan de Cospedal precisamente, pero sus palabras de toma de posesión sobre innovación basada en la tradición, volvieron a mi mente el día que vi el título de este libro en la biblioteca. Y como pensé que la relación tenía cierta gracia, lo cogí sin saber muy bien que esperar de él.

Tras leer algunas páginas comencé a pensar que quizá trataba sobre inventos y tecnologías actuales, que se hubiesen desarrollado en un pasado más o menos remoto (100 años o más) y quizá redescubierto, y esperaba que el libro pudiera ayudarme a ver mi trabajo de desarrollo de software de otra manera, pero me temo que estaba algo equivocado.

Se trata de una obra extraña, bastante aburrida y descriptiva en exceso que va repasando un subconjunto de tecnologías (más bien herramientas o productos concretos) de los últimos 100 años y usadas en diversos lugares del mundo. Consta de muchos datos concretos de importaciones o producción de tal o cual producto para extraer poca información de ellos, sin desarrollar o hilvanar como me gustaría, las historias que cuenta. Ni siquiera se trata de herramientas relacionadas, o de elementos evidentemente importantes, sino de barcos acorazados, planchas de metal, telares, ferrocarriles y carros de tracción humana. De cosas como la corriente alterna, el software, o herramientas neolíticas, ni palabra.

Supongo que la orientación del libro es más indrustial y manufacturera que otra cosa, pero también trata algunas armas de la segunda guerra mundial en adelante. Y aunque leerlo ha resultado decepcionante y a menudo pesado, no puedo obviar que aporta una visión de la tecnología diferente a la que tenía, así como también señala detalles llamativos como son, el uso (o reutilización) de las herramientas tecnológicas en el tercer mundo, su impacto en los nacionalismos y la importancia vital de las redes de mantenimiento en cualquier tecnología de éxito (ahora nunca volveré a infravalorar el servicio técnico y las comunidades de usuarios avanzados).

Así que a pesar de lo aburrido que ha resultado y lo excesivamente descriptivo que resulta a veces, supongo que el libro cumple su misión de aportar una perspectiva diferente de la tecnología, por lo que si tienes tiempo y ganas, supongo que podría recomendarlo.

Apuntes sobre Innovación y Tradición que pueden ser llamativos:

Dada la escasez de los datos de que disponemos y su mala calidad, construir el relato histórico de las pautas siempre cambiantes de la invención no es tarea exenta de dificultades. Deberíamos, en consecuencias, mostrar escepticismo ante todo testimonio que defienda el aumento o descenso de la proporción o la significación de los inventos de un período particular de la historia. Las medidas que podrían llevarnos a tal conclusión no existen, y los criterios que sí existen parecen indicar la necesidad de proceder con gran cautela. La información estadística más importante que se halla a nuestro alcance en este sentido es el número de patentes, documentos legales por los que se otorgan a los inventores los derechos exlclusivos de su obra durante un período determinado. Aun así, solo parte de esta última pasa por dicho trámite, y no faltan tecnologías que no puedan siquiera hacerlo. Por otra parte la existencia de una patente no ofrece indicación alguna de su relevancia, ni tampoco de la de las tecnologías que tras ella subyacen. Además, las naciones adoptan sistemas distintos de registro, y todos cambian con el tiempo.
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En 1930 y 1931, la cantidad de aceite de ballena obtenida en el Atlántico fue igual a la suma del aceite de oliva de Francia, Italia y España. La margarina de él derivada se consumió sobre todo en Alemania, el Reino Unido y los Países Bajos, y su distribución estuvo dominada por la empresa angloholandesa Unilever. En 1933, los nazis comenzaron a promover la mantequilla alemana frente a la margarina y, en concreto, la mencionada compañía, y pusieron empeño en hacer hincapié en el uso del aceite de ballena. [Finalmente Unilever financió una flota ballenera nazi para evitar el boicot al parecer].
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Los planes y los costes de mantenimiento no pueden determinarse con antelación. En sistemas tan complejos [motores], se hace necesaria una ingente infraestructura de documentación, supervisión y vigilancia, sin que tal cosa reste un ápice de importancia a los conocimientos tácitos e informales. Las gentes y las organizaciones no hacen, en este sentido, otra cosa que lo que los economistas llaman "aprender haciendo" o "aprender de la experiencia". [en los años 30 quedó de manifiesto que...] cuanta más cantidad de unidades fabricadas de un producto, menor será el coste de producción [o curva de aprendizaje].
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[Hablando de la reforma del Queen Elizabeth en los años 30 para adecuarse a las batallas venideras] El precio de su reconstrucción fue, aproximadamente, la mitad del que habría supuesto la compra de uno nuevo. Sin embargo, necesitó más tiempo del que se había esperado: resultaba más difícil predecir la duración de las reparaciones que programar la fecha de concluisión en caso de crear uno partiendo de cero.



lunes, septiembre 12, 2011

Libro: Capitalismo canibal. La corporación.


Título: Capitalismo canibal. La corporación.
Autor: Joel Bakan
Editorial: Roinbook

Hace unos años, recomendado en algún foro de internet, vi un documental llamado "The Corporation" que trataba de las grandes corporaciones internacionales y como pueden ser definidas (hasta cierto punto) como personas (jurídicas) con una acusadísima tendencia a ocasionar daños a su alrededor. El documental hacía un repaso histórico desde su nacimiento y evolución a lo largo de los últimos siglos, y de como se ha acabado convirtiendo en un ente con personalidad propia. Una personalidad de psicópata.

Este libro es, en efecto, el origen de ese documental y, aunque a primera vista puede parecer un manifiesto anti-sistema debido a su extravagante portada sacada directamente de Stockimages, se trata de un muy convincente análisis histórico de las corporaciones, sus comportamiento y tendencias. Nos encontramos ante una estupenda narración que pretende ponernos en contexto para entender por qué las empresas actuales no se comportan como nos gustaría (eufemismo para su comportamiento a menudo criminal). Por último sus autores tratan de dar algunas ideas sobre como mejorar el sistema y como mejorar a las corporaciones, pero sobre todo sus autores insisten en que tomemos consciencia de algo muy simple: las corporaciones son construcciones legales, y el Estado es el garante último y único de la legalidad. Sin estado no pueden existir las empresas y en última instancia el Estado cuenta con la prerrogativa (poco o nada conocida pero muy real) de liquidar una empresa si considera que no contribuye al bien común o que puede ser un perjucio para el mismo (recordemos a Rumasa en España).
Estas ideas, datos y modelos, han conseguido que pase de pensar en el Estado como en un ente sobredimensionado y burocrático que debería tratar de adelgazar, a algo útil (aunque podrido a base de malos políticos), que mantiene al Estado democrático (o pseudo democrático) al mando de "los mercados" al permitirnos cerrar (aunque no se haga nada por amiguismo y cobardía) corporaciones dañinas como Lehman Brothers, Arthur Andersen, Monsanto, SGAE y demás calaña y castigar a sus responables sin tener que sentirse anarquista, comunista, socialista, fascista o cualquier otra clase de -ista.

Si lees este libro y te convence, es posible que acabes pensando tres cosas: 1) Que las empresas son una especie de prisión de Standford, 2) que tenemos mecanismos para mejorar la situación pero que no se acaban usando por falta de presupuesto y voluntad política, y por último 3) que por muy desesperada que sea la situación, aun no está perdida, solo necesita que tomemos consciencia de ella, y este libro es un buen comienzo.

En resumen, este es un libro interesante y altamente recomendable si trabajas en una empresa, y especialmente si quieres saber algo de la responsabilidad social corporativa, si no te acabas de creer lo de la sostenibilidad en los anuncios de la tele y si quieres otra perspectiva sobre la situación económica actual.

A continuación algunos pasajes de muestra que me llamó la atención:


[Un ejemplo de los peligros del rol y del sisteam de los que nos advertía Zimbardo] Pocos hombres de negocios discutiría el hecho de que sus decisiones deben, fundamentalmente, estar al servicio de los intereses de la empresa y sus propietarios. Como dijo Sam Gibara, antiguo director de Goodyear Tire: Si hicieras lo que realmente quieres hacer, lo que verdaderamente se ajusta a tus pensamientos y prioridades personales, actuarías de manera diferente. Pero como director ejecutivo no puedes hacer eso.
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"Intentas destruir a tus competidores, o quieres derrotarlos de una u otra forma", declaró Hare, haciendose eco de las interpretaciones de Roddick y Barry, "y no te preocupa demasiado lo que pueda sucederle al público en general siempre y cuando compre tus productos". Con todo, a pesar del hecho de que los ejecutivos deben a menudo manipular y hacer daño a otros en pro de los objetivos de la empresa, Hare subraya que no son psicópatas. Y dice eso porque pueden funcionar normalmente fuera de la corportación -"se van a casa, sostienen una cálida y amorosa relación con sus seres queridos, sienten amor por sus hijos, aman a sus esposas, y a decir verdad son amigos de sus amigos, a quienes no utilizan en beneficio propio"- [Es la capacidad de compartimentar sus vidas laboral y personal] es precisamente esta esquizofrenia, en palabras de Roddick, lo que les salva evitando que se conviertan en verdaderos psicópatas.
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Las empresas tratan de "manipularlo todo, incluyendo la opinión pública", y son ostentosas, e insisten siempre en que "son líderes, los mejores, la empresa número uno". La falta de empatía y las tendencias asociales son dos características clave de la entidad coporativa
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La liberalización [desragularizar, reducir el estado, dar libertad a las empresas] descansa sobre una sospechosa premisa: que las corporaciones respetarán los intereses sociales y medioambientales sin que el Gobierno tenga que obligarlas a hacerlo. Nadie en sus cabales se atrevería a sugerir seriamente que los individuos deberían autoregularse, o a decir que las leyes contra los asesinatos, los asaltos, y los robos son innecesarias porque la gente es socialmente responsable. En resumidas cuentas, y para mayor extrañeza, se nos pide que creamos que las personas corporativas -recuerdesé: psicópatas institucionales carentes de cualquier convicción de orden moral y que tienen el poder y la motivación para causar prejuicios y la devastación a escala mundial- deberían ser libres de autogobernarse.
-o-
[...] los espectadores más jóvenes, hasta los ocho años de edad, no son capaces de distinguir un anuncio de la programación televisiva habitual. Para los vendedores, los expertos en marketing y las corporaciones para las que trabajan, esa vulnerabilidad manifiesta de los niños ante los anuncios es exactamente lo que hace de ellos un público objetivo atractivo. En el seno del universo psicopático de la corporación, la vulnerabilidad es una invitación a la explotación y no una razón para la protección.
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Los psicópatas humanos son conocidos por s habilidad para utilizar sus encantos a modod de máscara tras la que esconder sus personalidades peligrosamente obsesivas. Para las corporaciones, la responsabilidad social corporativa puede desempeñar ese mismo rol. Por medio de ella consiguen presentar un rostro compasivo y considerado con los demás, cuando, en sentido estricto, carecen de la capacidad de preocuparse por los demás o por cualquier otra cosa a excepción de si mismas.

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Una corporación tiende a ser más rentable en la medida en que logra que sean otros quienes paguen las facturas del impacto que sus operaciones provocan sobre la sociedad [...] Hay una palabra terrible qe emplean los economistas para referirse a este fenómeno: externalizaciones. [...] La corporación [...] es una máquina de externalizar, igual que un tiburón es una máquina de matar. No es una cuestión de voluntad o malevolencia. [es su naturaleza misma]
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[Sobre EEUU, durante la crisis que Roosevelt subsanó mediante el New Deal] Muchos líderes empresariales de la época encontraban atractivo el fascismo, particularmente si lo comparaban con "el odio de clases que predica la Casa Blanca", según la interpretación que Herbert Hoover hacía del New Deal de Roosevelt. Benito Mussolini y Adolf Hitler habían recortado drásticamente la deuda pública, controlando la inflación, rebajando los salarios, y asumido el control de los sindicatos en Italia y Alemania respectivamente. [...] En su edición de julio de 1934, la revista Fortune ensalzaba las virtudes del fascismo y los milagros económicos forjados por Mussolini.
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Tal como notaba Aristóteles en su Política: "Cuando se ha invertido dinero para ocupar el poder, puede esperarse que naturalmente los compradores caigan en el hábito de intentar sacar algún provecho de la transacción".

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[Según Chomsky] la privatización del sistema de la Seguridad Social, por ejemplo, está diseñada, siquiera parcialmente, "para socavar el muy peligroso principio sobre el que descansa el edificio de la Seguridad Social, a saber, que te preocupa el triste hecho de que aquella viuda que viste calle abajo no tenga nada que llevarse a la boca. Se supone que esto no debería preocuparte. Se supone que solo debes preocuparte por amasar más y más riquezas para tu disfrute, olvidándote de todo lo demás salvo de lo tuyo. Y lo mismo es aplicable a las escuelas. [Con la privatización] se está erosionando la solidaridad social sobre la que se asienta el sistema público, es decir, la idea de que me preocupa y es conveniente que el niño de mi vecino vaya a la escuela.
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[Acerca de las leyes de revocación de sociedades que JAMÁS se usan contra empresas grandes] Siempre han formado parte del derecho de sociedades. Sugieren la posibilidad de que un gobierno disuelva una corporación con la misma facilidad con que la crea, y simboliza la obvia aunque generalmente olvidada idea de que, en democracia, las corporaciones existen en virtud de la voluntad popular y bajo su soberanía. Tal como remarcaba Eliot Spitzer, fiscal general de Nueva York, en referencia a estas leyes, si "una corporación es condenada por la comisión de diferentes delitos que dañan o ponen en peligro las vidas de las personas o destruyen el medio ambiente, la corporación debería morir, debería ponerse fin a su existencia corporativa, de manera que sus activos deberían ser embargados y vendidos en subasta pública".  
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[En palabras del profesor Robert Benson, hablando de las leyes de revocación de sociedades] La gente supone erróneamente que tenemos que intentar controlar a estos gigantes corporativos reincidentes, vertido tóxico a vertido tóxico, despido a despido, una violación de los derechos humanos tras otra. Pero la ley siempre ha permitido que el fiscal general acuda al tribunal y simplemente disuelva una corporación por sus malas prácticas, y venda sus activos a otros que van a trabajar teniendo en cuenta el interés público.


lunes, julio 18, 2011

Libro: Mindfulness


Título: Mindfulness
Autor: Ellen J. Langer
Editorial: No lo recuerdo. Y no merece la pena que lo busque.

Autoayuda. Es un libro de autoayuda. Y no muy bueno.

Tras una portada tipo disco_recopilatorio_de_chillout, el autor nos habla de la atención plena y narra anécdota tras anécdota y "experimento" tras "experimento" (las comillas son porque no me dan muy buena espina) y con estilo trilero, para convencernos de algunas cosas más o menos reales, y alguna con tufillo a magufo.

Sobre el concepto de atención plena, el propio autor reconoce que le suelen decir que se parece mucho al budismo, y coincido bastante en la impresión. Todo el tema de eliminar ideas preconcebidas, recategorizar el mundo, cambiar de contexto, cambiar el pensamiento a voluntad para mejorar la vida... todo eso son, al margen de consideraciones psicológicas, parte de la filosofía budista en una o varias de sus vertientes (como el zen). Koans, meditación zazén, haikus, no desear, todo ello tendría cabida en el libro si el autor hubiese tenido intención de añadirlo.

Supongo que podemos quedarnos con lo bueno del libro y obviar que es bastante aburrido y poco convincente. Entre las cosas buenas, la idea de que la gente puede mejorar su vida si deja de ir en automático las 24 horas y se dedica a vivir su vida como desee y no como le hayan sugerido. También la noción de que todos estamos llenos de prejuicios y que podemos cambiarlos, así como el poder del contexto en el bienestar físico y mental del individuo (placebos, autosugestión...).
Y poco más la verdad. Así que pasemos a algún (me temo que son pocos) pedazo del texto que pueda animar a su lectura.


[Sobre los ancianos y la sobreprotección] Inesperadamente, encontramos mucha resistencia involuntaria -de las familias y de los ancianos mismos- a nuestros intentos de darles más control y hacerlos más independientes. Como en muchos ambientes institucionales, la dependencia es alentada involuntaria pero flagrantemente. Cuando a un residente de un geriátrico se le ayuda a vestirse para el desayuno (ya sea por consideración hacia el residente o para ahorrarle tiempo al personal), puede sentirse incompetente o inútil. Esa persona terminará requiriendo más tiempo del personal puesto que cuanta más ayuda se de a la gente, más llegará a necesitar. [...] La protección bienintencionada va socavando gradualmente toda autonomía. Y la interferencia más coercitiva como, por ejemplo, atar a los residentes a sus sillas todo el día para evitasr que "se lastimen", destruye toda pizca de iniciativa. [...] Ver que otra persona tieie que hacer las cosas que solíamos hacer nosotros solos nos hace sentir que ahora somos incapaces de hacerlas.

[...]
Mientras que algunas personas piensan que para mantener una atención plena hace falta un gran esfuerzo, los estudios examinados en este libro demuestran que esa actitud hace que nos sintamos con un mayor control, tengamos mayor libertad de acción y nos agotemos menos.

domingo, junio 26, 2011

Libro: Emociones e inteligencia social


Título: Emociones e inteligencia social
Autor: Ignacio Morgado
Editorial: Ariel

Bajo un título y un subtítulo que inducen a error, escogí este libro para seguir un poco en la línea de nosce te ipsum y/o conoce a tu enemigo, por la que tanto me gusta vagar.

No se puede decir que haya sido una gran experiencia, más bien al contrario, dado que se trata de un libro MUY ligero, donde se da un repaso a lo que se sabe (o sabía, ya tiene algunos años) sobre el cerebro y las emociones. No se puede decir mucho más sobre el, y en realidad no puedo quejarme dado que, en la contraportada, la sinopsis es acertada, aunque invita a esperar algo más del texto.

En resumen se puede decir que el libro establece que el ser humano es un ser basado en emociones, y cuya razón se sirve de ellas para funcionar. Igual que no existe una dualidad mente-cerebro, tampoco hay una separación entre razón y emoción y da mucha historia y unas pocas pautas para entender el cacao que tenemos en la cabeza y como abrazarlo.

No puedo recomendar este libro, pero puede que mucha gente lo encuentre aceptable puesto que es una aceptable introducción científica al cerebro desde el punto de vista de las emociones.
A continuación, algunos fragmentos que pueden mencionarse son los siguientes:


Por inteligencia social entendemos la capacidad de un individuo para relacionarse satisfactoriamente con los demás, generando apego y cooperación y evitando conflictos. [...] Una persona con inteligencia emocional es aquella que tiene capacidad para reconocer, expresar, regular, controlar y utilizar las emociones propias y ajenas para adaptarse a las situaciones, conseguir propósitos, tener éxito y/o encontrarse bien.

[...]
en la vida moderna una de las principales fuentes de frustración y de sentimientos negativos es el vivir desajustado o por encima [o por debajo] de las propias posibilidades, aspirar a lo imposible, pretender más de lo que se puede, a veces con el pretexto de proponernos 10 para conseguir 5. La frustración genera estrés [...] dañando la salud y reduciendo su bienestar. [las vacaciones son un parche temporal, un error si se pretende usar estas para solucionar una situación] El bienestar cotidiano sólo puede basarse en el estado cotidiano, y lo que la inteligencia y el cerebro emocional nos dicen es que para mejorar ese estado la solución no consiste en vivir mejor unos determinados días, sino en ajustar nuestras aspiraciones y ritmos diarios a la medida de nuestras posibilidades para que el resultado de nuestro trabajo y comportamiento, lejos de producir frustración, nos produzca la sensación de que controlamos las situaciones que vivimos.
Se trata de vivir con la sensación de que, en la medida de lo posible, controlamos nuestra salud, nuestro tiempo, nuestra economía, nuestras relaciones, nuestro trabajo, nuestro ocio, etc. Esa sensación emocional de autocontrol es la antítesis del estrés y un poderoso generador de bienestar, de ausencia de malestar y ansiedad.
[...]
Lo grave no es que sintamos envidia o celos, pues somos humanos y no podemos evitarlo, sino cómo reaccionamos frente a nuestros propios sentimientos negativos. Hay quien los alimenta en lugar de considerar su naturaleza y buscar el modo de ver las cosas de otra manera.
NOTA: Otra lectura complementaria y relacionada podría ser "Burnout. Síndrome de queme por el trabajo" que está bastante relacionado con la gestión de las emociones, el entorno laboral y la salud.

jueves, junio 23, 2011

Libro: Nikola Tesla. El genio al que le robaron la luz



Título: Nikola Tesla. El genio al que le robaron la luz
Autor: Margaret Cheney
Editorial: Turner Publicaciones SL

No recuerdo exactamente por qué elegí este libro, creo que se debió a una mezcla entre el recuerdo de la película "El Truco Final (El Prestigio)", una recomendación de Microsiervos, el recuerdo de los Tesla Coil de "Command and Conquer" y poco más. Pero ha sido toda una experiencia.

Nikola Tesla era un genio, un vendemotos, un genio (bis), un perfecto caballero, un idealista, un genio (bis 2), dio a luz al siglo XX (y XXI por lo que estoy viendo), una figura trágica, y al final de su vida parece que le dio un punto de delirio (aunque con Tesla nunca se sabe, puede que no fuesen delirios sino que fuesen otras predicciones que se compruebe a largo plazo). Pero por encima de todo creo que fue un inspirador. Grandes personajes de la ciencia le rinden y rindieron homenaje, no solo por sus contribuciones a la ciencia y la tecnología, sino sobre todo a la inspiración que, en diferentes formas, les brindó para realizar sus propios descubrimientos a lo largo del último siglo.  Dudo que vuelva a existir en el futuro una figura semejante a este ingeniero sin título, y eso lo hace aun más valioso.

Tesla revolucionó la ciencia y la ingeniería de su época (finales del siglo XIX y principios del XX), pero su legado ha seguido presente hasta el siglo XXI y parece que va a seguir en boga al menos un par de décadas más con todo el tema de Fukushima, las guerras del petróleo, los coches eléctricos, las energías renovables, los drones de combate y el cambio climático. Era un visionario como no ha existido otro (o eso creo) y seguramente oigamos hablar de su legado (de nuevo) en las próximas décadas.

No me extenderé en enunciar los méritos de Tesla (hay listas y más listas al respecto), pero me gustaría señalar que algunas de las ideas de Tesla más extrañas, como la historia del oscilador mecánico, parecen merecer el ser tenidas seriamente en cuenta, como pudieron comprobar en Myth Busters (Cazadores de Mitos en España).

En cuanto al libro en sí, creo que es de gran interés leerlo, dado que la historia que cuenta es en gran parte un calco de lo que estamos experimentando en el presente: las crisis económicas, las guerras mundiales, las grandes fortunas, las guerras de tecnologías (procesadores, pantallas, redes, etc), las patentes (Nokia, Samsung, Apple, etc), la inercia industrial, las grandes ferias de tecnología (E3, Simo), los empresarios e inventores estrella (Jobs, Gates, etc)... todo lo que vemos ahora en el presente de las telecomunicaciones, los Googles, Apples y Microsofte, es una nueva versión de la vieja historia que cuenta el libro. Creo que se puede aprender mucho del mismo en sentido práctico.

Para terminar, una advertencia y una recomendación: si se quiere que aumente la matriculación en carreras de ciencias, la lectura de esta biografía debería ser lectura obligada en las escuelas de todo el país. Y la lectura de El Plan Maestro, trae inevitables paralelismos entre las armas reales y fantásticas de los nazis y las ideas de Tesla para diversas armas.

A continuación, algunos extractos del libro que me parecieron interesantes, aunque recomiendo MUCHISIMO el libro completo.


Unos cuantos empresarios, sobre todo de la competencia, presentaron varias demandas contra las patentes adquiridas por Westinghouse, alegando que sus inventores se habían adelantado a Tesla. Se iniciaron pleitos [...] Tales acciones legales lograron su objetivo: confundir al público. Hubo incluso ingenieros que nunca entendieron la razón de que el de Tesla fuese el sistema casi universalmente adoptado.


[...]


Coffin [hablando con Westinghouse] le puso al tanto de la "tremenda bajada de precios que había provocado" para "dejar fuera de combate" a otras empresas electricas [dumping]. Lo más importante, le aconsejó en confianza, era disponer antes que la competencia de un negocio en marcha [...] "Los usuarios no pondrán reparos en pagar la tarifa que se les reclame, porque no tendrán la posibilidad de cambiar de sistema" [como los sistemas incompatibles y cerrados de hoy día]. Coffin le había intentado convencer también de las ventajas de recurrir a la "mordida" [soborno, regalos]. En este sentido, le indicó a Westinghouse que debía incrementar el precio que cobraba por la iluminación urbana de seis a ocho dólares [...] y así untar con dos dólares a concejales y políticos de distinto pelaje sin perder ni un centavo de los beneficios [hoy día se mete a los ministros en puestos de consejeros de las grandes empresas de energía].


[...]


El país [EEUU] estaba sumido en el desastre provocado por los bancos en quiebra, el cierre de empresas y el paro. El pánico de 1893 atenazaba a humildes y poderosos por igual. Desde el punto de vista político, lo más atinado era dar con algo para que la gente se olvidase por un instante de la perspectiva de hacer cola en los comedores sociales [como con la crisis de 2008 a hoy]


[...]


Según el propio Tesla, el mecanismo solar que había ideado era tan sencillo que, si lo explicase, otros podrían robarle la idea, patentarla y disponer así de un bien de todos "que quiere ofrecer al mundo como un regalo". [Luego se describe, supongo en base a lo que observó Chauncey McGovern de Pearson's Magazine] ...un enorme cilindro de cristal grueso, rodeado de espejos recubiertos de capas de amianto que refractaban la luz del sol en el cilindro de cristal. El cilindro siempre estaba lleno de agua, tratada mediante un proceso químico secreto que, según el inventor, era la única complicación que presentaba el sistema.


[...]


Al igual que Tesla, Kelvin [Lord Kelvin] defendía a capa y espada que había que desarrollar las energías eólica y solar y dejar de derrochar el carbón, el petróleo y la madera. En su opinión, urgía instalar molinos de viento en las azoteas de todos los edificios, que generasen energía suficiente para mover ascensores, bombear agua, refrescar las casas en verano, o caldearlas en invierno. Edison, sin embargo, no estaba de acuerdo con sus eminentes colegas: sostenía que habrían de pasar "más de 50.000 años" antes de que se hiciera realidad la tan temida escasez de recursos fósiles.


[...]


[Edison hablando sobre los laboratorios de investigación aplicada] "No seguimos un sistema, ni hay normas impuestas, pero sí un buen montón de chatarra", y los inventores que pasaban las horas día y noche en torno a aquellos enormes montones de chatarra eran quienes siempre acababan por dar con algo. Eso sí, no mencionó que sus equipos se referían al laboratorio como el "estercolero".




NOTA MUSICAL:

Una banda sonora recomendada par leer esta biografía de Tesla, podría incluir lo siguiente:
  1. Alicia en el país de las maravillas de Danny Elfman
  2. BSO de Doctor Who 3ª y 5ª temporada, para la BBC.
  3. BSO de Torchwood de la BBC.
  4. Valerie de Dario Marianelli para la BSO de V de Vendetta.
  5. New element/Particle Accelerator de John Debney para la BSO de Iron Man 2.

jueves, junio 16, 2011

Libro: Las ventajas del deseo


Libro: Las ventajas del deseo
Autor: Dan Ariely
Editorial: Ariel

Conozco desde hace algún tiempo la excelente labor de Ariely, por lo que cuando vi este libro, no dudé en cogerlo sin mirar siquiera la contraportada.

Como en su anterior obra, Ariely narra diversos experimentos en psicología, sus resultados y las ideas que sugieren respecto de la naturaleza humana. Si en la obra anterior, Las trampas del deseo, nos hablaba de los problemas que supone la irracionalidad nuestra mente, en este libro trata de mostrar diversas ventajas que podrían derivarse de la irracionalidad del ser humano, señalando varios mecanismos y prejuicios congnitivos que nos llevan a comportarnos y pensar de ciertas maneras en determinados escenarios, desde la venganza, a la toma de decisiones (cada decisión que tomamos condiciona las posteriores), la elección de pareja, la motivación en el trabajo, etc.

Quizá lo más destacable de este libro, al margen del tema central (como usar irracionalidad en nuestro favor) y los experimentos descritos, es el tono personal que le da. El autor nos habla a lo largo del mismo de sus propias experiencias personales, particularmente lo que supuso a lo largo de su vida el accidente que a los 18 años quemó y deformó gran parte de su cuerpo y rostro. Actualmente casado y con dos hijos aun tiene dolorosas secuelas, pero eso no le ha impedido escribir este ameno libro.

A continuación algunos extractos interesantes:

Este en particular da mucho que pensar en trabajos muy técnicos y mentales como es el desarrollo de software, y podría explicar por qué muchos programadores no hacen tanto como deberían por la calidad del mismo.

[Hablando sobre un experimento donde se pagaba por un trabajo que o bien se revisaba delante del sujeto, o bien se ignoraba delante del sujeto o inmediatemente delante del sujeto se destruía sin que nadie lo revisase] Este experimento demuestra que dejar el trabajo desprovisto de sentido es asombrosamente fácil. Si usted es encargado y quiere desmotivar a sus empleados, destruya su trabajo delante de sus narices. O si no quiere ser tan grosero, limítese a ignorar sus esfuerxos. Y, por el contrario, si usted quiere motivar al personal para que trabaje con y para usted, sería útil prestar atención a las personas, a su esfuerzo y a los resultados de su trabajo.
Existe otra posibilidad de entender los resultados de este último experimento. Los participantes de la condición destructora enseguida se daban cuenta de que podían hacer trampas puesto que nadie se tomaba la molestia de evaluar su trabajo. De hecho, si estos participantes de la condición destructora enseguida se daban cuenta de que podían hacer trampas puesto que nadie se tomaba la molestia de evaluar su trabajo. De hecho, si estos participantes fueran racionales, deberían haber hecho trampas e insistir en la labor hasta el final para ganar el máximo posible de dinero. El hecho de que los individuos en la condición del reconocimiento perseveraran más, y de que los del grupo de la destrucción trabajaran menos también sugiere que, en lo que se refiere al trabajo, la motivación humana es compleja. No puede reducirse a la simple solución de compromiso de "trabajo por dinero".
[...]
[Hablando sobre el dolor, un experimento con lesiones, pacientes terminales y los tratamientos de rehabilitación que tuvo que llevar a cabo durante años] Sospecho que la gente con lesiones como las mías aprende a asociar el dolor con la esperanza de mejora (y que este vínculo entre sufrimiento y esperanza elimina parte del miedo inherente a las experiencias dolorosas). [En el caso de los enfermos crónicos sin embargo] Para ellos, el dolor iba asociado al empeoramiento y a la proximidad de la muerte. En ausencia de cualquier asociación positiva, el dolor debe de resultar más espantoso e intenso.
[...]
Nuestra felicidad depende en gran medida de nuestra capacidad para evitar compararnos con el vecino. Pero, por fortuna, cuando conseguimos controlar en qué entorno nos inscribimos (es decir, cuando conseguimos apartarnos de aquellos vecinos con los que la comparación nos hace sentir mal) podemos llegar a ser muy felices.


Aquí me da por pensar que quizá es muy mala idea tener economistas en cualquier gobierno o puesto de responsabilidad social. Además apuntala mi idea de que los comerciales no son gente de fiar, dado que estan acostumbrados a pensar en términos de gano-pierdes y centrarse exclusivamente en sus objetivos a corto plazo y delegar marrones.
[Sobre el juego del ultimatum y como los economistas no juegan como personas normales] A los economistas y a los estudiantes de economía se los entrena para esperar de las personas comportamientos racionales y egoístas. De modo que cuando toman parte en el juego del ultimatum, los remitentes [los que deciden el reparto] economistas piensan que lo correcto es ofrecer un reparto de 19 para ellos y 1 para el destinatario [en el experimento usaron 20 dólares], y (como les han ensañado a pensar que actuar racionalmente es lo correcto) los destinatarios economistas aceptan la oferta. Pero cuando los economistas juegan con individuos que no lo son, se quedan profundamente desconcertados cuando sus ofertas desiguales son rechazadas.
[...]
Deseo fervientemente que desconfíe de sus intuiciones y realice sus propios experimentos para intentar tomar mejores decisiones. Cuestiónese su comportamiento, el de su empresa, el de los empleados, el de otras empresas, y también el de la administración, los políticos y los gobiernos. Así descubrimos formas de superar algunas de nuestras limitaciones, y ésa es la gran esperanza de las ciencias sociales.

Bonus: la idea central de por qué es mala idea dar super sueldos, particularmente en banca y demás, está disponible en vídeo. Y en TED tienen algunas presentaciones y otros materiales de Dan Ariely para quien esté interesado.

martes, junio 14, 2011

Libro: El sueño del neandertal

Título: El sueño del neandertal. Por qué se extinguieron los neandertales y nosotros no.
Autor: Clive Finlayson
Editorial: Crítica




La razón por la que este libro acabó en mis manos es múltiple. Por un lado, desde hace al menos una década tengo gran interés en la evolución y la antropología, y desde que leí Homínidos y sus continuaciones, y posteriormente aprendí algo sobre los últimos descubrimientos en Atapuerca (Excálibur, la sima de los huesos...), tengo algo más de interés en los neandertales en particular.

Por otro lado y con mucho más peso, tengo la sensación de que existen semejanzas y relaciones importantes entre la Evolución (con mayúsculas) y el desarrollo de software... pero también con el mundo empresarial. Pero ese es tema para otro post. Sigamos con el libro.

Finlayson, tras sus excavaciones en Gibraltar, en la cueva de Gorham, y después de haber recopilado y analizado exhaustivamente datos de toda la península Ibérica, expone en este libro razones suficientes para mantener una tesis sobre la extinción de nuestros ancestros: neandertales, homo erectus, heidelbergensis...

Según su exposición la clave se haya en el clima, y de manera muy convincente expone la historia pormenorizada pero detallada de como los cambios geológicos y climáticos a escalas de miles de años presionaron a los humanos (considerando a nuestros ancestros como tales) para evolucionar, especializarse, y extinguirse cuando su hábitat dejó de existir. Habla de como el clima fue dando forma y podando poco a poco, nuestro árbol evolutivo.

Este libro propone que nuestros ancestros no eran menos inteligentes que nosotros, o al menos no tanto como para justificar su extinción. También trata de combatir la idea de que Homo Sapiens exterminase a sus ancestros, señalando numerosos datos en contra de esa teoría colonialista. Nos cuenta como vivían, qué comían, y como trataban de adaptarse cada uno de nuestros parientes a un mundo de clima, fauna y vegetación cambiantes. Y finalmente nos recuerda que el periodo climático en el que estamos, al que nos hemos adaptado, no es la norma, sino una excepción, y que no puede durar para siempre. 

Yo diría que si te gusta seguir la pista al estado del arte en antropología y saber algo más de cómo demonios hemos llegado hasta aquí, y qué podemos esperar del futuro, entonces este es tu libro.

Pero también quiero recordar que la principal idea con la que cogí este libro, fue la buscar similitudes entre la crisis actual, y la crisis que extinguió a nuestros parientes, para tratar de obtener alguna ideas de como sobrevivir a un hábitat económico y laboral cambiante, y creo que ese objetivo también se ha cumplido admirablemente. 

A continuación, algunos fragmentos de libro (particularmente el epílogo), por si alguien quiere picarse antes de leerlo.


Es con los agricultores donde vemos el gran cambio en densidad de población y en estructura social. Al ocurrir como lo hizo, después de que el clima se estabilizara, la expansión demográfica y geográfica de los agricultores tuvo mucho más que ver con la nueva tecnología que con un cambio en el ambiente. Señaló el inicio de la ilusión del progreso hacia un mundo de crecimiento insostenible, un sueño que hoy se ha transformado en pesadilla, al tiempo que seguimos postergando la solución mientras el estado actual y el futuro de nuestro planeta pende de la balanza como resultado de nuestra voracidad. ¿Cómo pudimos haber llegado a un estado de cosas tan malsano? La respuesta reside en la manera como hemos llegado hasta el presente, no como superestrellas de la evolución, sino como plagas que invadieron todos los rincones y rendijas posibles.

[...]
Nacimos de los pobres y débiles que tenían que gastar cada gramo de energía buscando las sobras que los mantuvieran vivos.

[...]

Estos supersupervivientes podían resolver mejor el riesgo de un suministro impredecible de comida o agua que cualesquiera otros de su especie, de modo que cuando el clima cambió e hizo que todas las cosas empeoraran, fueron ellos y sus descendientes los que salieron mejor parados. La forma más temprana de gestión del riesgo parece haber implicado vivir en el borde de dos o más hábitats o de un mosaico de hábitats. Una vez lejos de la zona de confort del bosque, estos innovadores funcionaban mejor si permanecían en lugares en los que había varios tipos de hábitats cerca, y ello les permitía explorar una variedad más amplia de alimentos que si hubieran vivido en un único hábitat [como los especialistas adaptados a un solo hábitat].
[...]
Parece que la conciencia del yo sería una consecuencia natural de la conciencia de los objetos en el espacio y en el tiempo, incluyendo a otros miembros de la propia especie. Una vez adquirida [...] como efecto secundario de desarrollar un efecto grande y complejo, la conciencia de uno mismos se añadió a nuestros sistemas complejos e intrincados de transferencia de información y de comunicación. Produjo un animal capaz de situarse en el espacio y el tiempo, un animal que se hizo consciente de las consecuencias de su propio comportamiento y mortalidad. [...] Pero al mismo tiempo, permitió comportamientos maquiavélicos conscientes y manipulación.

[...]

La cultura y la tecnología nos ofrecieron la gran oportunidad de reaccionar al cambio climático y ambiental mucho más rápidamente de lo que podían hacer nuestros genes. Cambiamos de rumbo, modificamos y cambiamos el ambiente y nuestros alimentos, nos hicimos cada vez más independientes de dicho ambiente y produjimos cada vez más descendientes. Durante un tiempo funcionó: el mundo era tan grande y nosotros éramos tan pocos que caímos bajo el hechizo de nuestros propios logros. Todo parecía sostenible (los recursos disponibles no tenían fin) y seguimos adelante. Pero a las escalas de tiempo que nos interesan, 10.000 años es una simple gota en el océano. A medida que la población del planeta ha aumentado, nos hemos dado cuenta de forma creciente de que este proyecto concreto sólo es sostenible a estas escalas de tiempo cortas, y que un día todo se vendrá abajo. Hemos visto colapsos espectaculares de civilizaciones aparentemente inexpugnables en la historia registrada, pero nada comparable a lo que nos espera. Y cuando todo se venga abajo, ¿quién sobrevivirá? En nuestro relato hay suficientes indicaciones para sugerir que no seremos aquellos de nosotros que vivimos en la zona de confort [primer mundo], los esclavos autodomesticados de la electricidad, los automóviles y el ciberespacio, que no duraremos más que unos pocos días sin la tecnología de soporte.
[...]

Los innovadores ganarán una vez más cuando la perturbación rápida y poderosa que será el colapso económico y social, generado por los conservadores mismos, señale irónicamente su propia ruina. Y la evolución dará otro paso en alguna dirección todavía desconocida.

miércoles, mayo 18, 2011

El progreso es cambio

Nos piden propuestas, quienes nunca han tenido propuestas.

Nos piden programas políticos quienes se saltan sistemáticamente sus programas políticos.

Nos pide transparencia quien nunca nos ha contado nada. Quien nunca nos ha preguntado nada.

Nos piden propuestas quienes tienen millones y millones a quienes tenemos carpas y cartones, precariedad y paro, deudas y más deudas.

Nos piden propuestas porque el poder ya no son ellos, el poder somos nosotros y nosotras.

Nos piden propuestas porque tienen prisa, tienen prisa porque tienen miedo.

Pero nosotros y nosotras no tenemos prisa, porque el tiempo ahora ya no es el suyo. El tiempo es nuestro.

Tenemos paciencia porque sabemos que esto va a crecer.

Tenemos paciencia, porque no tenemos miedo.


#nolesvotes #spanishrevolution

sábado, mayo 07, 2011

Review: Auriculares Sennheiser PXC 360 BT


Una obra maestra. Así es como definiría a los auriculares PXC 360 BT, exagerando un poco, claro. Dejando de lado la calidad del sonido, que es la que uno espera de unos Sennheiser, debo decir que las características del aparato y la manera en que funciona el conjunto es como para felicitar a los diseñadores.

Estos auriculares son del tipo circumaural (cubren toda la oreja), lo que implica buen aislamiento del ruido exterior y ciertas características acústicas que siempre me han gustado. Pero los chicos de Sennheiser han aprovechado además el formato para incluir una opción de surround (SRS WOW HD), que no solo da un sonido envolvente excelente, sino que se activa y desactiva con una pulsación. Simple.

Además del SRS, tenemos tres características más activadas por botones: Bluetooth, NoiseGuard 2.0 y Talk Through. En cuanto a Bluetooth, hay poco que decir, pero muy bueno: los auriculares reciben sonido via Bluetooth de dispositivos compatibles (teléfonos, ordenadores...) la conectividad es rápida, estable y simple tanto en Android como en Windows XP y 7. La calidad del sonido inalámbrico es un poco mejor de lo que esperaba (aunque el cable siempre es mejor y Sennheiser tiene adaptadores inalámbricos Apt X con sonido inalámbrico de mayor calidad a la venta) y suficientemente buena como para usarla a diario. Es fantástico disfrutar sin cables del audio, es una libertad a la que no puedes renunciar una vez que lo pruebas y desde la experiencia, lo considero un hito indispensable para cualquier adicto a la música con un dispositivo móvil (en mi caso Android con Spotify). Por si fuera poco resulta que el audio inalámbrico también es sumamente cómodo para el trabajo en la oficina (teclado estorbando, superficies ocupadas, ordenadores con conectores fuera de alcance...) o para personas que viajan mucho (moverse en tren y metro es más cómodo si no hay cables que se enreden o entorpezcan el movimiento, lo sé por experiencia).


Y hablando de viajar, hablemos de Noise Guard. Se trata del nombre comercial de un sistema de reducción activa de ruido (también llamada cancelación de ruido) y desconozco como sería la versión 1.0, pero la 2.0 hace lo que promete: reduce el ruido de fondo de los trenes, metro y avión. Desafortunadamente no es mágico, ni perfecto, y como le pasa a cualquier sistema de estas características (probé varios antes de Sennheiser), se queda ahí (que no es poco). Curiosamente no solo se agradece el Noise Guard en medios de transporte ruidosos (trenes AVE y Metro en mi caso), sino que se nota mucho en lugares supuestamente silenciosos, como en casa o la oficina: una pulsación del botón y de repente consigues un silencio extra, librándote de un ruido de fondo que ni sabías que existía pero que está ahí: ventiladores de ordenador, aires acondicionado, vibraciones, gente...). A veces uso esta característica sin música, solo para tener paz. Para quien nunca la haya probado podría decir que la reducción activa de ruido es como si tras una vida viendo la tele con estática (los que recordemos la tele analógica, claro), alguien le diese un golpe al monitor y la eliminase de golpe. En resumen, Noise Guard es simple, eficaz y acabas usándolo para todo en el hiperruidoso mundo de la ciudad.


Acerca de Talk Throught se puede decir que es la manera más cómoda de prestar atención a una interrupción (preguntas, conversaciones cortas, etc) durante el uso de los auriculares. Una vez presionas el botón, el auricular detiene la música, y filtra y amplifica el sonido ambiente para permitirte oír como si no llevases los auriculares puestos (en determinados casos un poquito mejor incluso). En principio parece una chorrada, pero cuando empiezas a usarlo, te das cuenta de que es muy cómodo para por ejemplo, la oficina: tienes un aislamiento acústico excelente que te permite mantenerte enfocado en el trabajo y, sin tener que parar la música o quitarte los auriculares, puedes prestar atención a tu entorno en menos de un segundo. Una función muy inteligente y muy cómoda que también tiene su sentido en medios de transporte (avisos de megafonía, consultas rápidas de orientación, billetes...).

Por último, tenemos integrados en el auricular todos los botones necesarios para controlar el reproductor de música: volumen, pista siguiente, pista anterior y pausa/play. Aunque el único que funciona sin Bluetooth es el de volumen.

Físicamente el aparato es plegable y trae una bolsa del tamaño adecuado para ellos. Las almohadillas son intercambiables (qué menos en unos auriculares de 200€) y el jack es de 2,5 (trae un cable adecuado para conectarse a cualquier lado y con adaptadores para avión y para jack grande). En cuanto a batería, resulta que esta es extraíble por lo que podemos usar los auriculares mediante el cable, mientras esta se recarga a través del puerto mini USB que incorpora. Algo raro y muy inteligente a la vez, ya que podemos adquirir varias baterías si queremos, aunque por lo que veo la autonomía es de entre 4 y 6 horas (con todo activado como los uso yo, pero debería ser mayor con solo Bluetooth o solo Noise Guard), por lo que es posible que solo quiera adquirir una batería adicional con el paso del tiempo, cuando la autonomía se reduzca drásticamente.


Entre las curiosidades que me encantan está sobre todo la posibilidad de comprar almohadillas para reemplazar las que tiene (son fácilmente cambiables) cuando estas se gasten con el uso, el sudor y la barba. También que el pack traiga un adaptador de corriente multi-país, con salida USB donde conectar el cable USB a USB mini que también trae. Y por último la posibilidad de activar y desactivar cada opción, de manera independiente (por ejemplo, podemos usar el cable para mayor calidad de sonido y autonomía pero con el Noise Guard activado también).

En resumen, lo que dije al principio, el diseño del aparato es desde un punto de vista funcional y práctico de lo mejor que he visto en unos auriculares. Lo único que le falta es poder actuar de manos libres, pero el modelo que lo permite, el MM 550, se me salía de presupuesto.