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sábado, diciembre 13, 2008

Libros malditos, malditos libros

La semana pasada asistí gracias a la casualidad a una tertulia abierta titulada “libros malditos” en la librería Hojablanca situada en el casco histórico de Toledo (España). Llegué buscando un libro para un regalo a eso de las seis y media de la tarde y me topé con algunos asistentes a una tertulia llamada “libros malditos” que empezaba en pocos minutos intercambiando opiniones sobre libros de brujas, libros religiosos del antiguo Egipto y cosas similares. Después de escuchar un rato y preguntar sobre la tertulia, decidí quedarme y la verdad es que pasé un rato muy interesante y entretenido escuchando a los asistentes hablar esencialmente sobre el Necronomicón, el Libro de los muertos, el manuscrito Voynich y El martillo de las brujas, y también divagar sobre cosas más extrañas como el Libro de Enoch, el lenguaje de los pájaros, El triunfo de la voluntad o El regreso de los brujos y de pasada sobre una idea en la que había estado reflexionando precisamente el día anterior: leer libros, ¿puede ser peligroso?

Tengo que decir hace tiempo que sospechaba que leer libros o en general consumir información de cualquier clase (televisión, radio, periódicos, Internet…) puede llegar a ser dañino a nivel intelectual y quizá en casos extremos, a nivel físico (propio y ajeno) si pervertimos en extremo nuestra capacidad de raciocinio; sin embargo ha sido hasta escuchar opiniones contrarias en esa tertulia que me he convencido de que realmente hay argumentos de peso para apoyar mis sospechas. Intentaré explicarme.

Hace ya mucho tiempo que se (como cualquier adulto con dos dedos de frente) que determinados medios de comunicación y determinadas personas son de todo menos fiables cuando comunican una información, por lo que procuro mantener en alerta mi sentido común y crítico ante lo que me llega de ellos en particular y con toda información en general, y hasta hace poco suponía que con eso era más o menos suficiente para mantenerme a salvo de influencias interesadas y chorradas varias. Sin embargo recuerdo como en el libro “Por qué las personas inteligentes pueden ser tan estúpidas” se exponían varios casos de personas que daban por buena información completamente errónea por haber sido expuesta a ella en determinadas circunstancias. Estos ejemplos de cómo podemos asimilar información errónea que se salte las barreras del pensamiento crítico en multitud de ocasiones y sin darnos cuenta formaban parte de una parte del libro que exponía entre otras cosas, la facilidad con la que todo el mundo se acaba tragando información falsa si se la dan de determinadas formas, algo que bien conocía Goebbels, ministro de propaganda del tercer Reich, así como los departamentos de propaganda de la postguerra o los actuales gabinetes de comunicación políticos. Por supuesto, una información errónea no tiene por que ser un problema, pero cuando la información errónea es excesiva o se trata de información clave, nuestro sistema de razonamiento (alias: razón o sentido común) se pervierte hasta un nivel en el que seguramente comenzamos a ser un peligro para nosotros mismos y lo que nos rodea, como sucedió en la Alemania nazi, en Salem durante su famosa caza de brujas o en las sectas apocalípticas que acaban con un montón de gente envenenada o pegando tiros.

Y son esos hechos documentados, sobre lo fácil que es tragarse una milonga en determinadas situaciones y añadirla a nuestro cuerpo de conocimientos lo que me ha convencido de que leer determinados libros (o revistas, o periódicos, o webs…), puede ser dañino para cualquiera, alterando el juicio y la razón, sin que uno se de cuenta de la intoxicación y transmitiéndola en la más pura tradición memética o como si de una invasión de los ladrones de cuerpos se tratase, y es algo contra lo que uno debe estar advertido si quiere empezar a levantar alguna defensa en una época a veces mal llamada “de la información”, en la que recibimos bombardeos informativos impensables hace 100 años a través de múltiples medios y con diversos objetivos políticos, comerciales o personales. Creo que ya no es suficiente con afilar el pensamiento crítico, creo que hay que llevar la profilaxis más allá y dejar de consumir determinados medios marcadamente parciales o interesados, para minimizar el riesgo de infección. Pero cuidado, no hablo de censurar sino de ejercer nuestro derecho a ciertas personas y medios como pueda ser Jiménez Losantos o El País, que han demostrado sobradamente su parcialidad (por usar un eufemismo) a lo largo de años de comunicar medias verdades y mentiras. E incluso me atrevería a ir un paso más allá y recomendar que dejemos de consumir únicamente lo que nos “gusta” y tratemos de consumir regularmente otras cosas, nuevas, de opinión contraria o simplemente alternativas, para no quedar polarizados en un pensamiento de fuente única que nos impida detectar las falacias que todos damos por supuestas.

Por último quiero decir que esta década (2000-2010) me parece un momento perfecto para ejercer la higiene mental gracias a la existencia de multitud de medios, con opiniones de todo tipo, donde podemos escuchar voces disidentes o alternativas, donde podemos debatir, comentar o comprobar las fuentes y alzar nuestra propia voz, aunque nadie o casi nadie la escuche. Esto es, me parece que Internet, con sus blogs, medios online, portales y foros, es una herramienta fundamental en la implantación de medidas de salud informativa y me gustaría que siguiera siéndolo.

Nota: Imagen obtenida de la Wikipedia.

viernes, diciembre 12, 2008

Privacidad, sueldos y pecados


El otro día estuve hojeando el Investigación y Ciencia de noviembre dedicado a la seguridad y la privacidad. En general no dice nada realmente nuevo sobre lo que cualquier interesado o paranoico sepa a día de hoy si se mantiene informado, sin embargo si hace un muy buen repaso al estado actual de la privacidad y señala los frentes que hay abiertos y objetivos interesantes a corto y medio plazo como son las redes sociales tipo Facebook.

Lo que realmente me llamó la atención en uno de los artículos fue un algoritmo sencillo (de los de papel y lápiz) para compartir información común sin desvelar información propia. A pesar de que juraría haber visto algo sobre el tema en libros de criptografía y seguridad en el pasado, no fue hasta ese artículo que se me ocurrió una aplicación práctica en mi entorno para este tipo de técnicas matemáticas: conocer el sueldo medio de un grupo sin que nadie tenga que revelar el propio.

La razón de este interés es que a lo largo de mi carrera como profesional he visto en varias ocasiones como el compartir la información de sueldos concretos despertaba en algunas personas envidia y codicia que a pesar de ser pocas, acababan afectando el funcionamiento del grupo de manera bastante ruin cuando descubrían que alguna persona cobraba por encima de alguien en particular. El problema a mi entender era que en algunos casos, las grandes diferencias de sueldo entre el mayor y el menor sueldo generaban pura y llana codicia sacando lo peor de algunas personas, por lo que mi posición hasta ahora al respecto, por el bien de las relaciones en el grupo, era negar información sobre mi sueldo de la manera más amable posible (aunque mi sueldo suele estar en la media por lo que veo en Infojobs y me salto la regla si conozco bien a la persona como para pensar que no va a afectarle [hola chicos :-)]) a la vez que he procurado no preguntar sobre sueldos particulares a nadie de mi entorno directo sin antes de conocerle lo suficiente (sin embargo si he preguntado un par de veces sobre sueldos medios a compañeros de otras empresas).
En fin, que en un par de ocasiones, a la hora de pedir una revisión salarial me he encontrado con la necesidad de conocer los sueldos medios de mi entorno inmediato, pero sin poder preguntar directamente sobre sueldos en mi grupo de trabajo. Y ahí es donde el algoritmo me ha encendido la bombillita al mostrar una manera de compartir en el grupo la cifra de sueldo medio sin que nadie tenga que decir lo que cobra.

Sobre el algoritmo, la revista dice lo siguiente aplicado a un problema de “conocer el peso medio de 3 personas”.

Cálculos en compañía

La evaluación segura de funciones permite que un grupo de personas calcule cualquier cosa a partir de datos privados de cada uno, sin que nadie revele sus propios datos en el proceso.

Alicia, Juan y Marta quieren calcular su peso total, sin que ninguno revele su propio peso.

Cada persona elige tres números, o "porciones", entre 0 y 1000. Dos porciones se eligen al azar y la tercera hace que el total sea igual al peso de la persona módulo 1000. Por ejemplo, Alicia, para su peso de 54 kilogramos, emplea 300, 550 y 204, que totalizan 1054.

Luego, cada uno entrega dos de sus porciones a los otros por separado.

Seguidamente, cada uno suma la porción que se quedó y las dos recibidas de los otros participantes, otra vez módulo 1000.

Y comunica el resultado a los otros dos.

Cada uno suma los tres números y así obtiene el peso total (módulo 1000), sin que ninguno pueda averiguar el peso de los otros.

Un método más complicado permite a un grupo multiplicar números privados. Sumando y multiplicando bits, podría calcular todo lo que pueda evaluar un ordenador a partir de sus datos privados. El sistema completo protege también contra quienes se apartan de las reglas.


Tras realizar en papel (que poco tecnológico me estoy volviendo) la comprobación de que el algoritmo expuesto funciona también con 4 “jugadores” intentaré probarlo en mi último grupo de trabajo a ver que tal respuesta hay, pero estoy seguro de que este algoritmo le puede ser útil a muchas otras personas. Lo único que me gustaría aclarar es que a mayor número de implicados, más pesado se vuelve el intercambio de porciones, al tener que usar tantas porciones como personas implicadas, pero con números pequeños (5-8) debería ser muy manejable.

Se puede acceder a un interfaz básico que he programado en ASP.NET con VB.NET para realizar los cálculos de porciones individuales para un número de entre 3 y 99 jugadores en mi sitio web Aneode pero como ya he dicho antes, el cálculo se puede hacer a mano. En cualquier caso, recordemos que cada jugador, solo debe conocer una de nuestras porciones, nunca varias, y una de nuestras porciones queda en secreto para el resto de jugadores. Ah y si alguien no sabe de que va lo de módulo 1000, no es más que restar mil a cualquier número que haya resultado superior a mil (1236 pasaría a ser 236). Después solo quedaría realizar la suma final de los totales individuales y dividir entre el número de jugadores para obtener el sueldo medio del grupo.

De todos modos aunque este método debería eliminar envidias y suspicacias, no va a detener a alguien codicioso que vea que está demasiado cerca del salario medio aunque sea por encima y tampoco va a eliminar a alguien envidioso con algún toque de paranoia que podría acabar mirando a todo el mundo como posible sospechosos, pero aun así debería ser de utilidad al mantener en secreto las cifras individuales. Adicionalmente se me ha ocurrido que el sistema podría fallar parcialmente (por el lado humano claro) si se realizan ciertas cosas como por ejemplo:
Si en un grupo de 3 personas dos comparten su cifra salarial, el tercero queda al descubierto al poder usarse el dato medio, más las dos cifras de los chivatos. Esto debería ser también así para grupos más grandes con un mayor número de chivatos.
Si un grupo de N personas realiza el cálculo y más adelante llega un nuevo jugador con el que se repiten los cálculos, se puede obtener la cifra del nuevo jugador de manera muy simple. Es decir que si un equipo de 10 jugadores hace el cálculo y se repite el cálculo con 11, los 10 jugadores iniciales, pueden calcular la cifra individual del nuevo jugador.
De lo anterior supongo que puede deducirse que si dentro de un grupo, con el cálculo realizado, un subgrupo empieza a recalcular las cifras dejando al margen un jugador cada vez, podrá ir obteniendo cifras individuales tranquilamente.
Así que debo aconsejar que si alguien quiere usar el algoritmo, debiera hacerlo solo en grupos de más de 3 personas, y advertir a nuevos jugadores del sueldo medio inicial y el problema de seguridad que supone el recalcular cifras, ya que es fácil dar al traste con la privacidad si no cuidamos esos detalles.

Y en principio no veo más problemas asociados a esta versión del algoritmo. Habrá que ver si la versión completa que menciona el artículo contiene mejoras que permitan privacidad extra incluso en caso de “traición”, pero eso sería motivo de otro post…

Así que eso es todo. Si alguien se anima a usarlo, quiere señalar debilidades adicionales, errores míos o aplicaciones prácticas alternativas, queda invitado a comentar al respecto.

Nota: La imágen ha sido obtenida de Yerusha.

jueves, diciembre 11, 2008

Ilusión de seguridad y privacidad

En una discusión de Barrapunto de hace un mes o dos si no recuerdo mal, uno de los usuarios comentaba la existencia de software para la identificación de un mismo autor a partir del análisis de textos independientes escritos por el mismo. Es decir que mediante un proceso automático, podría ser capaz de identificar a un mismo usuario del foro aunque este escribiese bajo seudónimo o de manera anónima, o lo que es lo mismo: adiós al anonimato de lo que se escribe en la internet. Eso me trajo a la memoria una nota de un Investigación y Ciencia de abril de 2005 que decía lo siguiente (cito del artículo original, las negritas son mías):

Escritores fractales

La ley de Zipf liga la frecuencia con que una palabra aparece en un texto con el número que le corresponde en la lista ordenada de las palabras más usadas en él, en concreto, ese número es inversamente proporcional a aquella frecuencia. Las leyes estadísticas con la forma de la inversa de una potencia establecen frecuencias relativas que no dependen de la escala. Es la característica propia de la fractalidad. Relaciones de este tipo son muy habituales en multitud de fenómenos. Dos brasileños las han encontrado también en la literatura.

Al examinar los cuentos de Virginia Woolf, D. H. Lawrence, James Joyce y Katherine Mansfield, han dado con una variante literaria de la ley de Zipf: el número total de palabras de un relato es inversamente proporcional a una potencia de la razón entre el número de palabras distintas con que está escrito y el propio número total de palabras. Pero la conclusión más interesante de este trabajo es que el valor concreto de esa potencia y de la constante de proporcionalidad sirven para identificar a cada escritor.

Hasta el comentario en Barrapunto no tenía ni idea de que ya se podía usar esa tecnología para la identificación de textos relativamente cortos como puede ser un comentario o grupo de comentarios en un foro, pero no me extrañó lo mas mínimo habiendo pasado 3 años desde entonces.

El problema es que esa tecnología, aun en caso de no ser exacta (supongo), no hace sino acrecentar el montón de tecnologías que sirven para echar por tierra cualquier avance en seguridad y privacidad. Por ejemplo, hace poco leía que pueden hacerse copias de llaves a partir de una foto digital, además hace tiempo que todo el mundo sabe que los protocolos de seguridad de los routers WIFI, son tan débiles como para romperse en minutos. También estamos al tanto de que los sistemas operativos que usamos a diario en casa, en la calle y en la oficina tienen vulnerabilidades y puertas traseras, y eso si no tenemos la suerte de estar ya infectados con un rootkit de Sony o algo peor como troyanos de redes zombis. Por supuesto nunca olvido que las personas que deberían cuidar de la seguridad (o sea, todos) somos precisamente eso: personas; es decir, humanos, y por lo tanto en ocasiones corruptos, en ocasiones interesados y siempre descuidados.

Por todo lo expuesto, y otro millón de cosas como el ver cada mes como la gente se salta los sistemas de seguridad de Google o los DRM de la industria de contenidos, hace tiempo que pienso que la privacidad es y será cada vez más débil y que llegará un momento en que lo único que podremos hacer para evitar que nuestra información privada o empresarial sea hecha pública por terceros es hacerla pública nosotros mismos. En algún momento, posiblente cercano, nos encontraremos viviendo en una sociedad transparente, que ya comenté en su día, y que como señalé quizá había sido vaticinada por Asimov en uno de sus relatos, en la que no habrá secretos y que no tengo ni idea de cómo podrá funcionar, si lo hará mejor, o peor, o si podrá funcionar siquiera, pero que cada vez está más cerca.

En fin, que como se suele decir sobre la seguridad (y por extensión, de la privacidad): la seguridad total no existe. Y yo añado: y cada día va a menos.

jueves, diciembre 04, 2008

El jardín Zen miniatura



El otro día mi madre me regaló un jardín Zen en miniatura, de esos que vienen cajas de madera y llevan una especie de arena y algunas piedras para disponer sobre ella. Al principio me pareció una idea pésima pero al empezar a jugar con el, la verdad es que entretiene bastante así que le he acabado tomando cariño.

El tema Zen es algo que siempre me ha interesado como parte del budismo, pero hasta ahora siempre había pasado por encima del tema de los jardines centrándome en otros aspectos como el zazen, haikus y koan. Ahora que me ha dado por mirarlo un poco, puedo decir que los jardines Zen datan al menos del siglo VIII y llegaron a Japón desde China, pero no es hasta finales del siglo XIV en el llamado periodo Muromachi cuando se menciona a las miniaturas como la que tengo para contemplación y meditación. Es bueno saber que no todo el merchandising oriental es 100% falso como las galletas de la suerte.

En cuanto al uso del jardín, al parecer se trata de un elemento de meditación sobre la vida, donde las piedras representan obstáculos que permiten crecer como personas y se distribuyen por el jardín. Sobre cómo debe ser un jardín no he visto instrucciones claras más allá de usarlo sin miedo, a nuestro gusto, como herramienta de control del estrés, de meditación sobre nuestra vida y problemas y como ornamento, así que lo único que debemos hacer es distribuir a nuestro gusto las piedras y rastrillar la arena como deseemos aunque con calma y atención. Eso si, se supone que lo ideal es realizar diseños nuevos en nuevas situaciones y al parecer, se le puede añadir velas, caracolas, conchas y supongo que cualquier cosa que case bien si no somos puristas de alguna escuela Zen en particular, aunque creo que yo dejaré el mío solo con arena y piedras.

Por si alguien está interesado en comprarse uno de estos jardines, solo advertir que la arena que trae es muy fina por lo que es fácil que vuele por la casa y acabe rallando suelo y muebles de madera. Como solución al problema se me ocurre cambiar la arena por gravilla pequeña, que es más “rústica” y menos volátil, pero no es algo que vaya a realizar a corto plazo.



martes, diciembre 02, 2008

Probando el Photosynth de Microsoft


Anteriormente me impresionaron las tecnologías que estaba desarrollando Microsoft y hablé de ellas, pero hasta hace poco, no he podido probar una de ellas, Photosynth de manera directa.
Recordemos que Photosynth es una herramienta que puede componer un entorno tridimensional en base a una serie de fotos normales y corrientes que le suministremos y por ello podemos movernos a través de esa serie de fotos con una experiencia muy cercana a lo que sería moverse por el entorno real.

Gracias al tiempo del que dispongo ahora por la crisis (ejem) he realizado una serie de fotografías del casco antiguo de Toledo, donde vivo. Las fotos las he realizado tras leerme la guía de uso de Photosynth, pero soy novato en su uso, así que imagino que el resultado podría ser mucho mejor aunque creo que da una idea aproximada de lo interesante que resulta.
Las galerías que he realizado, mayoritariamente con mi Pentax Optio S50, se encuentran en mi cuenta de usuario de Photosynth y al parecer pueden verse con Explorer y Firefox, y contienen los monumentos siguientes:

  1. Puente de Alcántara. De pasado romano y con leyenda. Para probar las posibilidades a la hora de trazar una ruta abierta. Ver synth.
  2. Calle del Comercio. Ruta obligada para ir desde la plaza de Zocodover hasta el Alcázar. Para probar que tal quedan las rutas de calles cerradas. Ver synth.
  3. Interior de la Puerta de Bisagra. De cuando Carlos V el emperador residía en Toledo. Me pareció un ejemplo de libro al ser esencialmente una habitación cuadrada. Aquí usé la cámara de mi K800i. Ver synth.
  4. Fachada lateral del Museo de Santa Cruz visto desde el antiguo mercado del Martes. Los salientes me parecieron interesantes para probar otro de los ejemplos del manual. Ver synth.



Sobre el uso de la herramienta, debo decir que es bastante sencillo. Hay una parte web que mediante un plugin para Internet Explorer nos permite navegar tridimensionalmente por los synths amén de otra serie de funciones como mostrar la nube de puntos comunes. Y hay una parte cliente que se instala en nuestro ordenador y que nos permite cargar fotos para generar un synth de manera relativamente ágil.
Hasta donde he leído en los foros de usuarios, el uso de Seadragon junto con el espacio de 20 Gigas que se nos da para subir fotos garantiza que podemos hacer galerías con fotos de gran tamaño (5 o más megapixels) y que se visualizarán de manera muy ágil (para eso se usa Seadragon) así que lo único que nos debe dar quebraderos de cabeza es el caudal de subida de nuestro ADSL o Cable que en España suele ser un tanto ridículo, aún así yo he optado por reducir las fotos de tamaño hasta los 1600x2000 pixeles para no tardar demasiado.
La mayor pega que le encuentro es sin embargo el enorme número de fotos que hay que realizar para obtener algo decente, aunque por lo que he visto nada impide que cojamos una cámara de vídeo, hagamos unas tomas de lo que deseemos y luego exportemos los fotogramas a imágenes, aunque solo lo veo útil para uso intensivo. Además he notado que la herramienta solo funciona bien para tomas relativamente horizontales, o al menos las fotos que he tomado de techos, no las he encontrado incluídas en el synth del puente.
En cuanto a tema curioso está el que el cliente desktop para generar los entornos 3D nos deja elegir que tipo de licencia de uso le aplicamos, desde una restrictiva de “All Rights reserved” a una de dominio público pasando por varias versiones con diversas restricciones de “Creative Commons”.
Así que mi sensación actual, es que nos encontramos ante una tecnología interesante pero que no va a ir a ningún lado en su estado actual, excepto para casos específicos que requieran de multitud de detalles espaciales y de imagen para un edificio o lugar, como podría ser en arquitectura o turismo, ya que requiere para funcionar de un trabajo relativamente grande que no creo que nadie quiera llevar a cabo sin una razón profesional o mucho tiempo libre.

Libro: El placer de descubrir

Libro: El placer de descubrir
Autor: Richard P. Feynman
Editorial: Critica

Hacía algún tiempo que quería leer algo más de Feynman, tanto por lo poco que conocía de el, como por recomendaciones varias, y decidí comenzar con este libro en concreto por ser el que más a mano tenía.
El libro es una recopilación de diversos textos escritos por Feynman y entrevistas realizadas al mismo a lo largo de su vida, y deja constancia de las ideas del físico acerca de muchas cuestiones tanto científicas como sociales. En particular resulta interesante ver como Feynman tenía una idea de los títulos y personalidades que haría avergonzarse a más de uno hoy día (determinados políticos, ingenieros o eclesiásticos entre otros), y también que tenía un grandísimo sentido del humor acorde su inteligencia que por lo que se ve, debía ser tan vasta como sus intereses (robo, fisiología, pensamiento crítico…).
En realidad es un libro de fácil lectura debido tanto a su estructura de entrevistas, como a su extensión de 200 páginas. Facilidad que no se ve empañada en absoluto cuando entra a hablar de física teórica o ecuaciones (muy pocas veces). Sin embargo es esa misma facilidad de lectura la que deja cierta sensación de “vacío” al terminar su lectura, ya que no se profundiza en ningún tema en particular más allá de lo necesario para divulgar sus ideas. En resumen se podría decir que este libro gustará a los amantes de la divulgación de Carl Sagan, los interesados en el pensamiento crítico, buscadores de inspiración para hacer ciencia y cualquier interesado en la historia de la ciencia teórica. Así que mi veredicto es que el libro es recomendable como lectura para el interesado en La ciencia, pero para nada indispensable.

Actualización: Había olvidado añadir una cita del libro. Creo que esta va perfecta:

Feynman: [...] He aprendido a vivir sin saber. No tengo que estar seguro de que estoy teniendo exito y, como dije antes acerca de la ciencia, pienso que mi vida es más plena porque soy consciente de que no sé lo que estoy haciendo. ¡Estoy encantado con la anchura del mundo!

Omni: Cuando volvíamos del despacho, usted se detuvo para discutir  una lección sobre visión de los colores que va a impartir. Eso está muy lejos de la física fundamental, ¿no es cierto? ¿No diría un fisiólogo que usted entra en un "coto reservado"?

Feynman: ¿Fisiología? ¿Tiene que ser fisiología? Mire, déme un poco de tiempo e impartiré una lección sobre cualquier cosa de fisiología. Estaré encantado de estudiarla y descubrir todo sobre ella, porque puedo garantizarle que sería muy interesante. Yo no sé nada, pero sé que todo es interesante si se profundiza en ello lo suficiente.
Mi hijo también es así, aunque sus intereses son mucho más amplios que los míos a su edad. Él esta interesado en la magia, en la programación de ordenadores, en la historia de la iglesia primitiva, en topologían... ¡Oh!, él va a vivir una época ajetreada, ¡hay tantas cosas interesantes! Nos gusta sentarnos y hablar sobre lo diferentes que podrían ser las cosas de lo que esperamos; tomemos los aterrizajes de las Vikíngo en Marte, por ejemplo, estamos tratando de pensar cuántas formas de vida podría haber que no se pudiesen descubrir con ese equipo. Sí, Se parece mucho a mí, de modo que he transmitido esa idea de que todo es interesante al menos a otra persona. Por supuesto, no sé si eso es bueno o no... ¿Ve usted?

sábado, noviembre 29, 2008

Ideas sobre el futuro inmediato de la informática


Hace ya unos cuantos años leí un artículo sobre la realidad aumentada personal con la que estaban experimentando en el MIT, y me pareció algo sumamente interesante pero impracticable dado enormes aparatos que llevaban a cuestas (cámaras, CPUs, teclados, pantallas y baterías), ya entonces conocía un ejemplo de realidad aumentada en los HUD (Head Up Display) de algunos aviones caza de los EEUU.
La gente del MIT consideraba que algún día llevaríamos unas gafas que realmente serían pantallas de vídeo, que nos permitirían integrar la informática con sus capacidades de comunicación y memoria a nuestro día a día, de manera que pudiésemos disponer por ejemplo de una ficha con datos como nombre y último encuentro de un interlocutor cuyo nombre no recordásemos o un Tom Tom personal. Algo parecido a la visión de Terminator, pero con utilidad social. Hoy todavía no disponemos de esos aparatos, pero se empiezan a ver coches que implementan sistemas de guía a la conducción similares a los HUD de los cazas norteamericanos y en nuestros teléfonos móviles de gama media podemos acceder a información interesante sobre nuestro entorno inmediato gracias a técnicas de localización LBS o GPS integrada con servicios de guías informáticas (Google Maps, Páginas Amarillas…), con lo que podemos localizar algo de nuestro interés en las proximidades o directamente consultar sobre lo que se nos pase por la cabeza usando el navegador que llevan todos los móviles de gama baja, media y alta a día de hoy. Esos son ejemplos del estado actual de las tecnologías de realidad aumentada y aunque están entre nosotros, son muy útiles y parece que van a avanzar mucho más de las expectativas originales del MIT, nadie habla demasiado de ellos y se toman como algo perteneciente a la “webdoscero” que tanto aborrecemos algunos. Desde aquí quiero señalar la importancia que a mi juicio tienen y tendrán estos servicios debido a la ubicuidad cada vez mayor de la computación y las comunicaciones de datos móviles y su entidad propia no como un contenido del cajón de sastre de la Web 2.0 que nos han estado vendiendo algunos interesados.
Estoy seguro de que servicios sociales como Facebook (entre muchos otros), con su versión móvil si juegan bien sus cartas podrán ser abanderados de esta evolución que está suponiendo la comercialización de terminales “baratos” de completas características como el G1 de HTC/Android junto con la aparición de tarifas de datos móviles razonables como las de Yoigo en España. En general es de suponer que las redes sociales, que tanto han dado que hablar, unido a tecnologías como Bluetooth, GPS, cámaras, y el 3G y sus descendientes, conseguirán que un día que probablemente veré, la visión del MIT se haga realidad aunque seguramente sin gafas.
En mi opinión (y no soy el primero ni el único) hay mucho sitio al fondo que diría Feynman para innovar o generar imperios digitales sobre servicios de realidad aumentada y como ejemplos se me ocurren los siguientes. Sírvase de implementarlos libremente quien lo desee, estaré encantado de ayudar o de disfrutarlos si el precio es inexistente o al menos razonable:

  1. Como bien pude comprobar el otro día, podría desarrollarse una aplicación que nos permitiese mediante la cámara de nuestro móvil leer el código de barras de un libro para acceder a críticas de nuestra web social de lectura favorita para decidir sobre su compra o simplemente para recibir sugerencias adicionales. Aunque no tendríamos por que detenernos en los libros, habiendo una ingente cantidad de productos etiquetados, desde la electrónica de consumo o los DVDs hasta la alimentación. El beneficio sería poder entrar en una librería o biblioteca y seleccionar el libro más adecuado a nuestros gustos sin tener que fiarnos de la cubierta o emplear demasiado tiempo hojeándolo, o en el caso de alimentos seleccionar la mejor relación precio.

  2. Viviendo en Toledo, ciudad monumental con oleadas diarias de turistas de todo el mundo, no me extrañaría ver triunfar una aplicación que permitiese identificar los monumentos mediante la cámara del terminal móvil y el GPS para añadir información de guías o de turistas anteriores que permitiesen disfrutar mejor de la historia de cada monumento o que nos permitiesen saber desde donde realizar la mejor foto o el mejor sitio para visitar a continuación. Aquí resulta evidente que debería haber un servicio de turismo online como Lonely Planet o una red social de viajeros o institucional del lugar. A mi me encantaría poder perderme en alguna ciudad como Florencia y apuntar con el terminal a una fachada para conocer su historia o la cafetería más cercana. (NOTA: Como era de esperar ya hay gente trabajando en ello en Prisma)

  3. Peligrosidad. Si nuestro terminal nos avisase de la existencia de puntos negros en una carretera, o en ciudad para los peatones, o simplemente de la existencia de robos, carteristas y asesinatos allí donde estuviésemos o en las proximidades, podríamos protegernos mejor evitando el lugar o manteniéndonos más alerta. Ideal para turistas también, pero seguramente se necesitaría de un servicio de información estatal tipo Guardia Civil, policía local, o similar. Seguramente muchos turistas pagarían una cantidad por recibir alertas en tiempo real sobre su seguridad en el extranjero, incluyendo temas climáticos como huracanes o de terrorismo.

  4. Logística de compras. Hoy día, con las webs de supermercados, la falta de tiempo y la crisis económica podría ser muy cómodo, en vez de hacer una lista de la compra a mano y con papel, poder leer los códigos de barras de los productos que hemos ido agotando (una foto antes de tirar el envase a la basura bastaría) y recibir o bien un aviso en el momento en que pasemos cerca de un sitio que lo venda o bien tener una lista de los lugares donde deberíamos acudir a comprar en función del precio de los artículos de la lista. Puede que incluso pudiésemos establecer preferencias sobre distancia o listas negras por mala atención o colas demasiado largas.

Película: El hombre que podía hacer milagros

Echando un vistazo por la sección de video de la biblioteca, encontré una película basada en una obra de H. G. Wells titulada “El hombre que podía hacer milagros”. El nombre del autor, como clásico de la ciencia ficción, me llamó la atención lo suficiente como para cogerla y realmente no tiene nada, pero nada que ver con otras obras de Wells llevadas a la gran pantalla como La guerra de los mundos, La máquina del tiempo o La isla del Dr Moreau.
La película en si no es para tirar cohetes, ni a nivel de actores ni de dirección, ni siquiera de efectos especiales (puede que en su época si, pero ahora…) lo que la convierte en una curiosidad para frikis o amantes del cine de ficción en blanco y negro. Sin embargo tiene un punto a su favor, y es que se hizo antes de la era de los efectos digitales y el cine de acción con lo que podemos disfrutar de una historia no deformada por Sony y compañía como parece que será el caso de “Ultimátum a la Tierra”.
La historia que nos cuenta es la de un hombre anodino que recibe, como parte de un experimento de entes sobrenaturales, el poder para hacer su voluntad sobre la materia, aunque eso no incluye la voluntad humana. Por lo tanto el hombrecillo se encuentra de la noche a la mañana en disposición de hacer entre otras muchas cosas el aparecer y desaparecer, transformar, eliminar o transportar lo que desee con un mero acto de voluntad. Esencialmente la historia trata de explorar la naturaleza del ser humano, por lo que vemos como el personaje se va adaptando a sus nuevos poderes hasta acabar convertido en un tirano (benévolo eso si) que intenta imponer un orden mejor a base de la pura fuerza y coacción. Finalmente fracasa en su intento casi destruyendo el mundo, por lo que renuncia a su omnipotencia tras dejar todo como estaba. A pesar de lo inocente y cómico de los personajes uno no puede dejar de darse cuenta de que el autor de la historia meditó mucho en su día sobre la historia y posiblemente previó bastante bien lo que pasaría si un día, un buen hombre, recibiera un poder enorme sobre el mundo.
En definitiva, una película curiosa para pasar el rato y que puede dar lugar a un interesante coloquio si se ve en grupo.

Como nota adicional, parece bastante probable que la película Como Dios, fuera inspirada por esta obra.


A continuación algunos fotogramas de la película donde podemos apreciar al protagonista en su salsa.


lunes, noviembre 10, 2008

Libro: La otra comunicación


Libro: La otra comunicación
Autor: Andrés Mínguez Vela
Editorial: ESIC. Escuela Superior de Gestión Comercial y Marketing

Este libro llegó a mis manos con motivo de una conversación sobre lenguaje no verbal y posturas de manos. Mi interlocutor sostenía cierta idea concreta acerca de un determinado gesto y yo estaba seguro de que era una idea equivocada ya que el tema del lenguaje corporal no me es desconocido, pero no podía aportar datos objetivos así que decidí buscarlos para aportarlos posteriormente y de ahí que haya leído este libro.

En cuanto a esta obra, no se puede decir que aporte nada novedoso o sorprendente al campo, ni que profundice en los porqués del comportamiento humano, ya que es por encima de todo, práctico. Pero gracias a ese pragmatismo queda en una obra bastante útil en cuanto a lo que debería saber uno respecto de la importancia de la apariencia en la primera impresión y la necesidad de observar (o no) ciertas conductas en nuestras relaciones profesionales y no profesionales. Como nota negativa está el hecho de contener un par de datos sin pies ni cabeza sobre anatomía y algunas “magufadas” del nivel de la frenología (pseudociencia ) que desentona bastante y reducen perceptiblemente la credibilidad atribuible al libro y a su autor, aunque al margen de esas pequeñas taras, debo decir que me ha sido muy útil refrescar mis conocimientos en el campo que en algunos casos tenía bastante oxidados debido al tipo de trabajo, de vertiente más técnica, que desempeño en la actualidad.

En resumen, un libro ligero y práctico para aprender a jugar el juego de la comunicación no verbal y mejorar nuestra comunicación y entendimiento, pero no una obra para tirar cohetes como otras de la misma editorial como por ejemplo “Gestión eficaz del tiempo y control del estrés”.

Libro: El príncipe

Libro: El príncipe
Autor: Nicolás Maquiavelo
Este libro lo descargué en la Palm desde Internet, de la página de La Editorial Virtual, en julio de 2007 y no lo he terminado hasta noviembre de 2008. La idea era tener algo siempre disponible para ser leído en cualquier momento con el fantástico lector Plucker, especialmente en momentos de espera en Metro, tren, etc… así que me lo he tomado con mucha calma.
Lo primero que sorprende es que a pesar de ser una obra del siglo XVI, ha resultado realmente actual. Tan es así que me extraña que se le dé tanto bombo y platillo al Sun Tzu a la hora de hablar de negocios y dirección cuando este texto de Maquiavelo me ha parecido infinitamente superior. Por otro lado me ha sorprendido gratamente el poder leer las ideas de una persona tan injustamente denostada y con una mente tan preclara a la hora de juzgar hombres y acciones. De hecho resulta tan actual y preclaro, que es imposible no darse cuenta cuando empiezas a leerlo, de que describe perfectamente no solo su historia pasada, sino también la historia actual y futura de las naciones, empresas y en general cualquier empresa colectiva humana.
Evidentemente, por su extensión, se deduce que no es una obra de extenso conocimiento en profundidad, pero si es una guía producto de una gran inteligencia con un enorme conocimiento de la historia y la naturaleza humanas. Una guía de la sociedad humana, enfocada en gran parte a la sociedad italiana del Renacimiento, pero una guía igualmente útil para la sociedad humana del siglo XXI. Supongo que eso se debe en parte a que la única evolución de la humanidad es la complejidad de su tecnología.
En resumen yo diría que nos encontramos ante una lectura intemporal y obligada para cualquiera interesado en la dirección de cualquier tipo y de la política en general, y que una buena edición de este libro podría ser un buen regalo para cualquier persona con ese tipo de intereses ahora que se acercan las navidades y que tenga espacio en casa para libros (que no es mi caso).
Al margen del contenido, he de decir que no es un libro que me haya resultado cómodo de leer, ya que a mi juicio, quizá demasiado habituado al lenguaje directo y técnico, es demasiado italiano. Con esto quiero decir que me ha producido la misma sensación que escuchar un discurso en italiano, largo y enrevesado sin necesidad, muy sonoro y cantarín, y en general tendente al empalago.
Como de costumbre dejo un par de citas del mismo:

No existe posibilidad de hallar dispuestos de otra manera a los ministros, porque los hombres son siempre malos, a no ser que se les obligue por la fuerza a ser buenos.

Porque la fortuna es mujer y por ello conviene, para conservarla sumisa, zaherirla y zurrarla. En calidad de tal, se deja vencer mas de los que la tratan con aspereza que de los que la tratan con blandura.*

En las acciones de todos los hombres, pero particularmente en las de los príncipes, contra los que no cabe recurso de apelación, se considera simplemente el fin que llevan. Dedíquese, pues, el príncipe a superar siempre las dificultades y a conservar su estado. Si logra con acierto su fin se tendrán por honrosos los medios conducentes al mismo, pues el vulgo se paga únicamente de exterioridades y se deja seducir por el éxito.**

*Nota: He introducido esta cita por que me hacía gracia por el tono machista en estos tiempos de corrección política, a pesar de lo cual he de reconocer que descontando el tema de la violencia física, estoy de acuerdo (como muchos otros) con Maquiavelo en que las mujeres prefieren un tipo de hombre duro antes que blando.
**Nota: Al parecer esta cita fue la que provocó que se relacionara a Maquiavelo con la frase que nunca dijo de “el fin justifica los medios”, que como podrá observarse no tiene demasiado que ver con sus palabras, las cuales evidencian que el fin no justifica nada, y se refieren a que el éxito y el poder absoluto permiten un perdón y unas disculpas que no pueden proporcionar el fracaso. Todo independientemente del fin.

jueves, octubre 30, 2008

Libro: Principios universales de diseño



Libro: Principios universales de diseño.
Autores: William Lidwell, Kritina Holden, Jill Butler.
Editorial: Blume.

El libro lo estuve hojeando en un Vips de Madrid, pero no me decidí a comprarlo debido a la falta de espacio para almacenar más libros en casa. Es curioso como un problema de vivienda como el que tenemos que ha obligado a reducir el tamaño de los pisos, puede afectar indirectamente a la industria de venta de libros, espero que los editores se acaben dando cuenta de lo que pueden ganar con los libros electrónicos y no acaben como la industria de la música. Como iba diciendo, lo estuve hojeando en Vips, y me quedé con ganas de más, así que cuando lo vi en la biblioteca no pude evitar cogerlo.
Tras leerlo, uno no puede evitar ser consciente de lo necesario de un diseño y de lo amplio de sus campos de aplicación. En este caso el libro hace honor a su nombre y detalla 100 principios de diseño con una estupenda maquetación a doble página y unos índices no solo alfabéticos sino también agrupados por tipo de fin que se desea obtener y principios de diseño relacionados.
Por otro lado, las imágenes que lo acompañan son muy limpias e ilustran de manera precisa lo explicado sobre el principio de diseño de cada apartado.
Alguno pensará que el libro trata de principios de diseño específicos para un campo como en el caso de Jakob Nielsen que es especialista en usabilidad de interfaces de aplicación, en particular de aplicaciones web, pero la elección de los principios y su exposición en el libro ponen de manifiesto que la utilidad de los mismos es aplicable, si no a todos los campos, si a la mayoría de los existentes.
En resumen, se trata de una obra que ojala conociese mucha mas gente dedicada a la ingeniería clásica y al software. Todos seríamos más felices.



Este es un principio de diseño escogido al azar como muestra del propio diseño del libro.

Libro: Por qué las personas inteligentes pueden ser tan estúpidas


Libro: Por qué las personas inteligentes pueden ser tan estúpidas.
Autor: Robert J. Sternberg.
Editorial: Crítica.

A pesar del horroroso color de portada que tiene este libro, que parece a cargo del mismo diseñador de “Los Ejecupijos”, el nombre me llamó lo suficiente la atención como para decidir leerlo. Se trata de un libro “antiguo”, de 2003, pero el tema es intemporal, y se compone, no de un texto, sino de varios artículos de diferentes autores que bien podrían haber ido en un número monográfico de Investigación y Ciencia sobre inteligencia. Como puede deducirse, el factor común a todos los artículos es que tratan el tema de la estupidez humana bajo diversos supuestos, estudios y puntos de vista, definiéndolo cada autor de manera diferente, aunque con algunos puntos en general comunes.
Por mi parte, he de decir que no todos los artículos me han gustado, dado que en mi opinión aproximadamente la mitad pecan de densidad teórica y quedan mejor en un libro de teoría psicológica pura más que en un libro destinado a la venta al público general. En cuanto a los que si me han gustado me gustaría comentarlos muy someramente:

  1. Las bases del razonamiento erróneo.
    Presenta una serie de fallos de razonamiento y falacias comunes fácilmente observables en el día a día.
  2. Creencias.
    Habla sobre el aumento o mejora de la inteligencia y su disminución, en función de los supuestos mentales y nuestra propia disposición a asumir errores o a temerlos. A lo largo del artículo el autor va concluyendo que los test de inteligencia solo miden la habilidad de alguien en un momento dado y para una tarea concreta, y que para mejorar estas habilidades tan solo el esfuerzo en mejorar tiene un impacto real. Además presenta pruebas sobre la relación entre la inteligencia en disminución y las decisiones estúpidas con la idea de que la inteligencia sea algo innato y pueda ser medida.
  3. Incompetencia gerencial.
    Aquí nos encontramos con un estudio de la estupidez en el ámbito de la dirección (jefes), y como el éxito académico no tiene relación alguna con el éxito de dirección (por mucho que quieran creer algunos). Además menciona el efecto túnel que produce la mejora de las habilidades en cualquier campo, y que suele favorecer la reducción de habilidad en todos los demás, algo así como un aumento de la inteligencia en ciertos asuntos, a costa de la inteligencia asignada a otros asuntos.
  4. Incompetencia y estupidez.
    El autor señala que la estupidez suele ser habitualmente algo más relacionado con el observador que con el sujeto de una acción, ya que al igual que una persona suele tomar decisiones estúpidas cuando cuenta con información incompleta o errónea, esto se aplica igualmente al observador de esas decisiones que puede juzgar como “estúpida” una decisión perfectamente lógica, coherente y acertada o simplemente catalogar algo como estúpido al desconocer perspectivas alternativas. Además el artículo hace hincapié en la necesidad de mantener una conducta consciente (evitar ir en automático) y evitar prejuicios para evitar comportamientos estúpidos, además de mantener una actitud crítica y escéptica ante cosas que damos por sentadas sin habernos molestado en comprobarlas.
  5. La teoría del desequilibrio de la tontería.
    Pone de manifiesto la importancia del conocimiento tácito, el que se aprende sin ayuda ni guía, de manera práctica en el día a día y su uso sensato como necesario para no cometer tonterías. Un concepto similar al sentido común, pero más crítico.

Así que yo diría que es un libro interesante por partes y que puede arrojar una luz diferente a la habitual, diferente a la que estamos acostumbrados por el día a día de estupideces en el trabajo, en la calle, en la televisión y en nuestro propio comportamiento, y que su lectura puede ayudarnos en nuestra vida cotidiana, tanto en el trato con los demás, como en la observación de nuestro propio comportamiento.

A continuación, como viene siendo habitual, voy a citar algunas partes del libro que me parece que merecen la pena, aunque recuerdo que siempre es mejor leerlas en su contexto.

En este capítulo he explicado con todo detalle las creencias que pueden convertir a las personas inteligentes en estúpidas: la creencia de que la capacidad intelectual es una cosa fija; la idea de que el resultado obtenido en un momento dado mide el potencial a largo plazo; y la creencia de que las personas que realmente poseen talento no necesitan esforzarse para conseguir sus logros. He demostrado como estas creencias pueden detener el crecimiento intelectual.
También he explicado con detalle las creencias que fomentan el crecimiento del talento e incluso el genio con el tiempo: la creencia de que el potencial intelectual puede desarrollarse; la idea de que un resultado circunstancial simplemente nos dice dónde nos encontramos y qué debemos hacer; y la creencia de que «todos» necesitamos esforzarnos para desarrollar nuestro potencial y poder hacer cosas realmente interesantes. De hecho, esto significa que las personas son, en gran medida, responsables de su propia inteligencia. Ser inteligente, y seguir siéndolo, no es sólo un don, ni un simple resultado del azar genético. También es un resultado de lo que uno hace. Significa que ser inteligente es un largo proceso de autodesarrollo y de autodescubrimiento.

-O-

Neisser (1976) fue uno de los primeros psicólogos modernos que subrayó la distinción entre los tipos de trabajos de «inteligencia académica» que se presentan en las aulas y en los tests de CI, y los trabajos más prácticos que encontramos en la vida diaria. Los problemas que se presentan en el aula, así como en los tests de C1, tienden a: (1) estar bien definidos; (2) Ser formulados por otras personas; (3) incluir toda la información necesaria para la solución del problema; (4) tener una respuesta correcta; (5) poder ser resueltos correctamente por uno o, a lo sumo, varios métodos; y (6) no estar relacionados con la experiencia cotidiana (Neisser 1976; Wagner y Sternberg 1985). En cambio, los problemas más prácticos de la vida cotidiana, incluidos muchos problemas que se dan en distintas carreras; a menudo: (1) están mal definidos; (2) son formulados por el que resuelve el problema; (3) carecen de información esencial para la solución; (4) se caracterizan por tener múltiples soluciones, cada una de ellas asociada con el activo y el pasivo; (5) se caracterizan por tener múltiples métodos para obtener cada solución; y (6) están relacionados con la experiencia cotidiana.

-O-

Susan aprendió en cierta ocasión que los caballos no comen carne. Un día, en un encuentro ecuestre, alguien le pidió que vigilara el caballo mientras iba a por un perrito caliente para su caballo. Susan compartió su «información» con el propietario del animal. Ella había aprendido la información fuera de contexto y jamás pensó en cuestionarse si era o no cierto. Así es como aprendemos la mayoría de cosas. Por eso a menudo caemos en el error pero raramente en la duda. Entonces, ¿qué ocurrió? El propietario fue a buscar el perrito caliente de todas formas, y el caballo se lo comió. Cuando la información procede de una autoridad, parece irrelevante al problema, o es presentada en un lenguaje absoluto, normalmente no se nos ocurre cuestionarla.
[...]
En un experimento llevado a cabo para probar este hecho, Benzion Chanowitz y Ellen Langer (Chanowitz y Langer 1981) proporcionaron información a la gente sobre un trastorno de percepción. A unos grupos se les dio una razón para pensar en la información que habían leído. El grupo que era objeto de la prueba simplemente recibió la información. Tras realizar los tests y puntuarlos, todos los individuos llegaron a la conclusión de que poseían ese trastorno. En siguientes tests que requerían habilidades presumiblemente atrofiadas por el trastorno, el grupo objeto de la prueba lo hizo peor que la media de los grupos a los que se ofreció inicialmente una razón para pensar en la información que habían leído. No había diferencias en lo que los individuos habían aprendido sobre el problema; la única variante era cómo lo habían aprendido. Incluso cuando el contexto cambia, no cambia nuestra comprensión. Cuando aprendemos de manera inconsciente, no se nos ocurre cuestionar la información cuando el contexto cambia.
El lenguaje a menudo nos obliga a adoptar una única perspectiva, y el resultado es la inconsciencia. Como nos dicen los alumnos de semántica general, el mapa no es el territorio.

-O-

presentamos a la gente un objeto novedoso de un modo tanto absoluto como condicional. Se les dijo que el objeto «era» o «podría ser» un juguete para que lo mordieran los perros. Luego creamos la necesidad de un borrador. La pregunta que planteamos fue: ¿quién pensaría en utilizar el objeto como borrador? Sólo respondieron afirmativamente las personas a las que se les dijo que «podría ser» un juguete para perros. El nombre de un objeto únicamente es una forma de comprenderlo. Si aprendemos cosas sobre él, como si «el mapa y el territorio» fueran la misma cosa, no se nos ocurrirán usos creativos de la información. La mayoría de aspectos de nuestra cultura actualmente nos animan a reducir la incertidumbre: de modo que aprendemos para saber lo que son las cosas. Esta forma de aprendizaje es la causa de que parezcamos y nos sintamos estúpidos cuando las circunstancias cambian, y ya no podemos confiar en las cosas que hemos aprendido. En vez de esto, deberíamos pensar en aprovechar la fuerza de la incertidumbre, y aprender así en que pueden convertirse las cosas.
[...]
Del mismo modo que aprendemos hechos de forma inconsciente, los investigadores producen de forma inconsciente esos hechos. Muchas «desviaciones» y «falacias» cognitivas que los psicólogos han revelado tras extensas experimentaciones pueden reflejar más la inconsciencia de los observadores (investigadores) que las incapacidades cognitivas del sujeto.

-O-

las personas con mucho poder adoptan a menudo tres actitudes que les predisponen a la estupidez: una sensación de omnisciencia, una sensación de omnipotencia, y una sensación de invulnerabilidad. La sensación de omnisciencia es el resultado de tener a su disposición esencialmente cualquier información que se desee y que, de hecho, es susceptible de ser conocida. Con una simple llamada telefónica, un líder poderoso puede disponer prácticamente de cualquier información. Al mismo tiempo, la gente considera que ese poderoso líder está perfectamente informado, o incluso que lo sabe prácticamente todo. De modo que el líder poderoso puede llegar a creer que realmente lo sabe todo. También pueden llegar a creerlo las personas que trabajan con el o con ella, como explicó Janis (1972) en su análisis de las víctimas del pensamiento en grupo. En muchos casos, brillantes funcionarios del Gobierno han tomado las decisiones más tontas, en parte porque creían que sabían mucho más de lo que realmente sabían. La sensación de omnipotencia es el resultado del enorme poder que uno ejerce. En determinados ámbitos, uno puede hacer prácticamente todo lo que quiere. El peligro surge cuando la persona empieza a generalizar y a creer que este alto nivel de poder es aplicable a todos los ámbitos. La sensación de invulnerabilidad proviene de la ilusión de estar completamente protegido, como por un enorme equipo de gente. Las personas, especialmente los líderes, aparentemente tienen muchos amigos dispuestos a protegerles en cualquier momento. Los líderes pueden protegerse de las personas que no les adulan. La solución sugerida por Harry Truman es que los líderes muy poderosos (Washington) que deseen ardientemente una amistad se compren un perro. En cuanto las cosas se tuercen, los amigos pueden resultar cualquier cosa menos fieles, mientras que la lealtad de un perro es siempre incondicional.

-O-

Por lo tanto, la sensatez no consiste simplemente en maximizar el interés personal de uno, sino en equilibrar distintos intereses personales (intrapersonales) con los intereses de los demás interpersonales) y los intereses de otros aspectos del contexto en que uno vive (extrapersonales) como la ciudad donde uno vive, el país, el medio, O incluso Dios. La tontería consiste en un desequilibrio entre estos elementos. El desequilibrio no suele ser sutil. Más bien es la combinación de sentimientos de omnisciencia, omnipotencia e invulnerabilidad lo que induce a la gente a creer que no serán cogidos en su propia trampa. La sensatez es distinta de la inteligencia práctica. Cuando se aplica la inteligencia práctica, se pueden perseguir deliberadamente resultados que sean beneficiosos para uno mismo y negativos para los demás. Una persona sensata persigue evidentemente resultados beneficiosos para uno mismo, pero también para los demás. Si las motivaciones de una persona consisten en maximizar ciertos intereses de la gente y minimizar otros, no se trata de una actitud sensata. La persona sensata persigue el bien común, y comprende que este bien común puede ser más beneficioso para unos que para otros.

-O-

La insensatez siempre implica que los intereses están desequilibrados. Normalmente, el individuo coloca el propio interés por encima de los otros intereses. Pero no siempre. Chamberlain seguramente creía que estaba haciendo lo mejor para Gran Bretaña. Pero al hacer caso omiso de los intereses de los demás países que estaban siendo aplastados por el brutal dominio de Hitler, Chamberlain hacía caso omiso del bien común y como se vio luego, a largo plazo del bien de su propio país. También a veces la gente lo sacrifica todo por un individuo, y luego es aplastada por su propia estupidez.

sábado, octubre 25, 2008

¿Para qué sirve la primera Ley de Newton?

En un test de autoescuela se puede observar esta pregunta, que responde claramente a por qué la ciencia básica es importante y su relación con la vida cotidiana.



Por si alguien está confuso sobre el tema, no tiene más que leer la primera Ley de Newton:

En la ausencia de fuerzas exteriores, todo cuerpo continúa en su estado de reposo o de movimiento rectilíneo uniforme a menos que actúe sobre él una fuerza que le obligue a cambiar dicho estado.


jueves, octubre 16, 2008

Hablar es gratis


Como idea para terminar con discusiones absurdas especialmente en el trabajo donde solemos encontrar más “vendendores de si mismos” , y a raíz de un artículo en el Mente y Cerebro sobre la psicología y problemática de la toma de decisiones, se me ha ocurrido que se podría adoptar un método de apuestas que redujese el tiempo dedicado a escuchar chorradas, disculpas o mentiras interesadas. El método en si no sería más que sacar un billete de 5, 10, 20€ dependiendo de lo seguros que estemos de algo en particular cuando tengamos una opinión diferente a la del interlocutor, y soltar algo del estilo: “Hablar es gratis, ¿estás tan seguro de lo que dices como para apostar N € a que tienes razón?, yo si.” esto debería “achantar” al contrario si estuviese mintiendo, fardando de conocimientos inexistentes o intentando meterte una bola, y en caso contrario, si acepta la apuesta, ganaremos algo de dinero. Por supuesto podemos cometer nosotros un error, y dar por sabido algo falso perdiendo con ello la apuesta, pero el poder aprender algo nuevo que dábamos por sabido bien debería valer el billete. En cualquier caso, la verdadera ventaja de este enfoque sería la velocidad a la que podríamos cerrar discusiones estériles y centrarnos, como hacen en Google si no recuerdo mal cierta entrevista, en los hechos.

viernes, octubre 10, 2008

Libro: La manipulación

Libro: La manipulación. Un manual de autodefensa.
Autor: Jacques Regard.
Editorial: Alienta.



Este libro ha sido un auténtico bálsamo debido a la mala fortuna de haberme topado con un gran manipulador. Reconocerle en estas páginas, poder catalogarle y descubrir que no estoy solo, que estoy reaccionando de una manera bastante óptima y que además existen detalles que desconocía sobre la manipulación y que me van a resultar enormemente útiles, ha conseguido animarme mucho la semana y me ha hecho comprender muchas actuaciones pasadas propias y ajenas.

El libro, de 135 páginas, perfectamente escrito y estructurado, es un ejemplo de lo que debería ser un libro útil: fácilmente comprensible, con un uso adecuado de negritas, tipos de letra, puntuación e incluso diseño de portada. A parte de eso, he encontrado que el libro puede leerse del tirón, empezando por el final o a trozos, siendo en todos los casos una fuente de ayuda para la comprensión de la manipulación y su tratamiento.

Probablemente sirva a muchos el test de confianza incluido por el autor, y por una cuestión de higiene moral lo he escaneado para que cualquiera pueda reconocer a un manipulador para empezar a plantearse una defensa del mismo sin recurrir al fuego o las armas. Por si alguno tiene curiosidad, el test, que va desde los 20 puntos negativos a 20 puntos positivos, y mi manipulator arrojó una cifra de 18 puntos negativos. Bastante alto si, pero me parece bajo para el caso.

 
  
 

Respecto al contenido del libro, el autor expone que existen tres tipos de manipulación: positiva (tipo I), egocéntrica (tipo II) y malintencionada (tipo III), cada una motivada respectivamente por obtener el bien ajeno, el bien propio independientemente del daño ajeno y finalmente la guiada por el miedo y la necesidad de destruir.
En cuanto a los tipos de manipulador más o menos en cuanto a estilo el autor establece los siguientes cuatro: encantador, culpabilizador, respetable y autoritario, cada uno con una estrategia diferente para manipularnos aunque evidentemente los estilos se mezclan según cada persona. En cualquier caso creo que los nombres definen bastante bien los estilos por lo que no me extenderé en describirlos (para eso está el libro) aunque si comentaré que se detallan las técnicas que usa cada uno, con abundantes ejemplos y una o varias maneras posibles de atajar cada intento de manipulación empezando por conocer sus puntos débiles y procurando poner de nuestra parte un cambio de conciencia. Algo francamente útil.

Como citas del libro, me limitaré a las siguientes de la portada, el contenido y el resumen final respectivamente, que espero que convenza a quien se sienta manipulado a conseguir una copia del libro por su propio bien:
Culpar a los demás del infortunio propio es de ignorantes.
No culparse a si mismo es de alguien que empieza a ser sabio.
No culparse a si mismo ni a los demás es de alguien sabio. - Epicteto.

[...]

A continuación se muestran los sintomas externos que pueden aparecer cuando observamos una manipulación disimulada:
Comportamiento irracional.
Mal ambiente habitual.
Tensiones entre la gente.
Muchas bajas por enfermedad.
Desánimo general o crónico.
Agotamiento de las fuerzas.

Comportamiento irracional
Esto significa que la gente se comporta de forma extraña. Hacen cosas que cualquier persona con sentido común no haría. A causa de la presencia activa o nefasta de un manipulador, la víctima se mete en proyectos utópicos, irrealizables o muy por encima de sus capacidades o competencias. A veces algunas lo consiguen, pero más del 99% de los casos fracasan.

Mal ambiente
Si una fiebre fuerte es sintoma de gripe, un estado de ánimo decaido o un mal ambiente seguramente revelan una manipulación del tipo III. Inconscientemente notamos que algo va mal. Las relaciones son tensas y no nos gusta la situación.
Con la presencia de una manipulación de este tipo, a menudo nos equivocamos y juzgamos culpable a quien nos indica el manipulator. Es realmente un experto en liar las cosas simples y perturbar el sentido común de las personas. Por eso es tan importante conocer la anatomía y la psicología de la manipulación del tipo III antes de empezar a mostrar resistencia.

[...]

Este libro se dirige a todos aquellos que están cansados; cansados de que les pisen, de ser demasiado serviciales y benévolos, de sentirse vulnerables. Cansados, en definitiva de que se les manipule.
Gracias a un planteamiento novedoso sobre el tema de la manipulación, a unos casos tremendamente esclarecedores y a unos ejercicios prácticos, este libro le ofrece nuevas perspectivas y le proporciona una estrategia práctica con el fin de sortear las trampas de los manipuladores.
La manipulación se puede evitar. ¡Reaccione!
 
Y finalmente como consejo inicial a quienes se encuentren en una situación desagradable como esta, solo decir que se debe mantener la calma, mantener la distancia, imponer nuestro propio ritmo en todas y cada una de las conversaciones que tengamos con el manipulador y ser tremendamente asertivos sin sentirnos para nada culpables si no hay una razón específica, clara y demostrable para ello. ¡Y nada de dejarse comer la moral con las indirectas! ya que si alguien quiere decir algo, debe ser lo suficientemente maduro como para decirlo claramente sin tener que recurrir constantemente ellas y a ser posible, por escrito.
 

Próxima reseña: La otra comunicación. Comunicación no verbal.

jueves, octubre 09, 2008

Libro: ¿Qué es la PNL?

Libro: ¿Qué es la PNL?. Ejercicios para la transformación personal mediante la programacion neurolingüistica.
Autor: Carles Porcel.
Editorial: Manuales Integral.



Realmente no hay mucho que decir sobre este libro, debido principalmente a que es una introducción de tan solo 85 páginas. La verdad es que lo saqué de la biblioteca con idea primero de entender mejor el comportamiento de un conocido que acaba de terminar un Master de PNL y que dice que es maravillosa, y en segundo lugar por haber despertado este mismo, una pequeña curiosidad sobre la PNL que necesitaba satisfacer.

En resumidas cuentas el libro es una pequeña y superficial presentación con ejemplos y un ligero aroma a rollo secta, de lo que el autor, miembro de la Asociación Española de PNL llama PNL (Programación Neurolingüistica). Sin embargo, la idea que me ha dejado el libro es que la PNL, de tan genérica en sus aplicaciones, tan vaga en sus fundamentos, tan abierta al cambio... no es nada en particular. O más exactamente, la PNL no es un método, no es una metodología, no es un modelo, no es una ideología... y solo quizá podría considerarse un framework de comunicaciones interpersonales.
Al llamarlo framework (término cogido de la informática, como no), me refiero a que parece ser únicamente un conjunto de utilidades psicológicas que pueden variar o no entre versiones, por lo que lo que se llamaba PNL en el año 2000 cuando el autor escribió el libro podría no ser lo que hoy se llama PNL. Esto es algo reconocido por el autor, y en mi opinión uno de los puntos que más me impide tomarla en serio: si sirve para todo (¿aceite de serpiente?), cambia con el tiempo (¿adaptación o error?) y no tiene bases (imposibilidad de argumentar en contra)... mal vamos. Y digo que mal vamos porque queda patente que se trata de una ristra de palabras que define todo y nada, como el Ziritione.
En cuanto a lo de "comunicaciones interpersonales", lo denomino así al tratarse (siempre según lo que he leído) exclusivamente de (en el mejor de los casos ya que algunas veces huele a pseudociencia) prácticas psicológicas destinadas a comunicarnos eficazmente con otras personas, ya sea aplicándolos a nuestro interlocutor de manera directa (preguntas) o de manera indirecta a través de nuestro comportamiento, pensamientos y actitud. Desgraciadamente estas técnicas, a pesar de ser útiles, me resultan demasiado escasas y simplistas. Y vuelvo a repetir que algunas cosas como el analizar el movimiento ocular del interlocutor, huelen raro.

En fin que este libro ha conseguido degradar la imagen que tengo de la PNL, y debido a el, ahora pienso que la PNL tiene un nombre rimbombante y unas siglas, tan solo para impresionar, cuando realmente no es más que un conjunto de prácticas psicológicas de las de toda la vida, aderezadas con algunas prácticas aun más conocidas (como por ejemplo el método socrático). Vamos, que puede ser útil pero no es nada que cualquier interesado en mejorar su trabajo o relaciones no haya aprendido por otros medios (a través de consejos, conocimiento de filosofía, psicología, libros de autoayuda, revistas de divulgación de ciencias humanas, cursos de ventas, cursos de hablar en público...) y sin embargo se queda muy limitado en cuanto a la aplicación como herramienta interpersonal frente a otras herramientas necesarias en la vida como conocimientos específicos sobre negociación, sobre procesos inconscientes, psicología evolutiva o defensas psicológicas contra psicópatas funcionales o manipuladores profesionales. Así que una vez satisfecha mi curiosidad, no puedo recomendar ni este libro ni ningún otro sobre PNL, pero si advertir que me da la impresión de que mi conocido va a (ab)usar mal estas herramientas dándoles más importancia de la que tienen.

Próxima reseña: La manipulación. Un manual de autodefensa.

Libro: Mi jefe es un psicópata

Libro: Mi jefe es un psicópata. Por que la gente normal se vuelve perversa al alcanzar el poder.
Autor: Iñaki Piñuel y Zabala.
Editorial: Alienta.



Encontré este libro, como la mayoría de las cosas que leo debido no tanto a la falta de dinero como a la de espacio, en la biblioteca al lado de casa. Lo que me llamó la atención en primer lugar fue el titulo, por supuesto, pero en cuanto lees la contraportada u ojeas alguna de sus páginas queda claro que no es un libro de humor chorra como “El jefe y tú” o sarcástico como “Los Ejecupijos”, sino que nos encontramos ante una obra divulgativa que da un repaso a las personalidades psicopáticas: desde el psicópata nato que nació tal cual y tiene un jardín lleno de restos humanos, hasta el psicópata funcional que resulta ser una persona tan normal como cualquier de nosotros, pero que debido a un cúmulo de circunstancias ambientales se comporta de la misma manera en que lo haría un psicópata.
Lo primero que me sorprendió en el libro es que el autor comenta que la distribución de características psicopáticas sigue la forma de una típica campana de Gauss. Es decir, que la mayoría de gente tiene (o tenemos) algo de psicópata pero algunos tienen demasiado marcadas esas características, y es a estos últimos a los que denominamos psicópatas. A partir de ahí el libro va desgranando la personalidad típica de un psicópata (su frialdad emocional, falta de empatía, su capacidad de manipular…) y nos muestra como pueden engañar y muy a menudo engañan a todo el mundo, pasando no ya por un buen vecino, sino por un excelente perfil de directivo a ojos del departamento de recursos humanos (o mejor: departamento de personal, como defiende el autor por buenas razones) al confundir su instinto criminal y ausencia total de escrúpulos con características directivas clave como liderazgo, asertividad, etc.
Continuando con una clara dirección, se nos habla del psicópata nato en un ambiente laboral, en puestos de poder políticos y sus técnicas más tóxicas para hacerse con el poder y destruir a quien se interponga (casi cualquiera que asome la cabeza), para más adelante ir adentrándonos en la posibilidad real de que un contagio de la psicopatía a nivel laboral, la estremecedora posibilidad de que determinados tipos de organización, incentivos o directivas internas perviertan la moral humana, y la dificultad de observar el efecto de conversión al mal desde dentro, así como la imposibilidad de detenerlo o repararlo llegado a cierto punto. Pero no queda ahí la cosa, el libro termina hablando de la sociedad en general y de cómo determinadas características de las sociedades modernas (servicios de rescate, policía…) o pensamientos extendidos a todo nivel tales como la relatividad moral y cultural (justificación de actos por ser de otra cultura), la sobreprotección de los menores (ausencia de disciplina o figuras de referencia) o la aceptación de los supuestos económicos actuales (la mano invisible del mercado, la importancia de la competitividad y la orientación a resultados) conducen actualmente a cualquier individuo a desarrollar una anestesia emocional, un distanciamiento, y una ceguera moral que convierte a la sociedad en general en una sociedad de psicópatas funcionales, capaces de comportarse tan cruel y arbitrariamente en beneficio propio, que causa auténticos escalofríos. Tan es así que creo que es el primer ensayo serio que leo que me ha llegado a erizar el vello mientras lo leía.

La verdad es que es un libro de fácil lectura, tanto por la manera en que está escrita como por el claro propósito que tiene de alertar de un doble peligro. El primero, la alta probabilidad de encontrarnos con un psicópata en nuestro entorno laboral o personal (al parecer yo ya he conocido a una psicópata y posiblemente un par de elementos con mucha probabilidad de serlo), sino de la también alta probabilidad de convertirnos en mayor o menor medida en malas personas bajo ciertas circunstancias. Por todo esto, no puedo dejar de recomendar este libro a cualquiera interesado en la psicología humana, la moral y sobre todo personas que quieran ser buenas personas, pero por encima de todo, debo recomendar este libro a cualquiera que observe conductas poco éticas, moralmente indiferentes o decididamente malvadas en su organización.

Por otro lado, me gustaría comentar a nivel cinéfilo, que durante la lectura del libro no he podido evitar recordar algunas películas donde se expone de manera más o menos clara algunos de los temas tratados, en particular “Los elegidos” (Boondock Saints en versión original) donde directamente se habla de la “indiferencia de los hombres buenos” como raíz del mal que inunda la sociedad. Aunque dudo que la solución adoptada en la película fuese del agrado del autor. Por otro lado, me trajo a la mente el discurso del personaje Lee Adama en la serie Battlestar Galactica acerca de las reglas morales, las leyes y los linchamientos y el hecho de que si nos dedicamos a ir haciendo leyes a medida para determinada gente o evitamos juzgar a algunos como juzgaríamos a cualquiera, "dejamos de ser una civilización para convertirnos en una banda". Esto último en referencia al uso del termino "gang" para referirse a los aliados o cooperantes del psicópata organizacional y que persiguen sus propios fines sin moral y sin reparar en el daño que producen a la organización o la sociedad frente a la que se comportan como un agresivo cáncer.

Como muestra del libro, dejo a continuación algunas perlas que dentro del contexto del libro me han dado bastante que pensar.
"Las víctimas se encuentran con un recurrente y persistente intento por parte de estos especialistas de averiguar en que forma y de que modo han fallado, no han hecho bien las cosas, no han sabido desarrollar recursos, habilidades, competencias, inteligencia emocional, etc., o por donde se les puede encontrar el "virus" con el que explicar el hecho de su responsabilidad o culpabilidad en el proceso que padecen, desde una personalidad vulnerable, dependiente, autorreferencial, inmadura, neurótica o inestable.
En este sentido, cualquiera que intente fundamentar en las víctimas la responsabilidad de la violencia que padecen incurre en la perspectiva propia de un perseguidor, completando el cierre de la representación cognitiva y social del grupo perseguidor contra su chivo expiatorio.

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Hay que advertir que, de manera paradójica, no es la percepción de la culpabilidad de la víctima la que produce la indiferencia de los testigos mudos, sino al revés. Son la inacción y la paralización propias de un comportamiento pasivo e indiferente ante el mal y la injusticia los que, violando el imperativo universal de ayudar a quien necesita socorro, fuerzan al individuo a creer en la culpabilidad de las víctimas para, de este modo, reducir la disonancia cognitiva.
Se observa siempre que cuanto mayor es la indiferencia de los testigos, mayor terminará siendo, con el tiempo, su percepción de la culpabilidad de las víctimas por la vía de la reducción de la disonancia.
Una conclusión terrible de todo esto es que no es tanto la violencia la que produce la indiferencia de los testigos, sino que es más bien la indiferencia la que es causa de la violencia en espiral que se genera ulteriormente.

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Pensar que el psicópata "es alguien como nosotros" es muy peligroso. Intentar convertirlo en un ser honrado y en buena persona puede resultar fatal.
Las capacidades de manipulación, de perversión y distorsión de la comunicación (únicas técnicas de supervivencia que el psicópata conoce) se han ido refinando y perfeccionando a lo largo de los años, alcanzando en el psicópata un grado de maestría incomparable.
También creo interesante y esencial transmitir la siguiente información del libro, pero por falta de tiempo, la pongo escaneada, y que nos da una serie de características muy útiles a la hora de identificar y catalogar a un psicópata en nuestro entorno:

 
 
  
 


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